“Beethoven se mueve”: homenaje que fusiona romanticismo con arte moderno
El Museo de Historia del Arte de Viena dedica un homenaje al compositor alemán, tras 250 años de su nacimiento, con Beethoven se mueve, una exposición que pone en contraste obras de arte clásico y moderno para reinterpretar el legado musical del compositor.
La exposición Beethoven se mueve, que se abre mañana al público, supone un juego de diversos movimientos y estilos artísticos de diferentes épocas con el que la pinacoteca más importante de Austria se desmarca de su tradición, dedicando parte de sus instalaciones a un artista completamente ajeno al mundo de la pintura.
Le sugerimos leer J.G Vásquez: “La literatura cuenta el lado invisible de los hechos visibles”
Un músico en una pinacoteca
“Beethoven ha inspirado a muchas generaciones de artistas más allá de la música”, explicó Sabine Haag, directora del museo, durante la presentación de la muestra. Allí defendió este cambio de paradigma que ha supuesto “algo radical” para el museo. Haag confesó que la idea original de dedicar una parte del museo a Beethoven responde a un deseo de Eike Schmdit, designado director del museo, quien renunció el año pasado antes de llegar a ocupar el cargo. Él dijo: “El Museo de Historia del Arte tiene que hacer algo por el aniversario número 250 de Ludwig van Beethoven”.
Las sorderas de Beethoven y Goya
La obra de Beethoven, apenas mostrada a través de algunas partituras y escritos originales, representa solo una parte reducida de la exposición que está protagonizada por pinturas y bocetos de referentes del romanticismo y coetáneos de Beethoven: Francisco de Goya, William Turner o Gaspar David Friedrich. Estas obras de arte universales comparten espacios con objetos disonantes, como un piano de cola destruido colgando del techo -una instalación de Rebecca Horn titulada Concierto por la anarquía-, una partitura en la que están superpuestas todas las 32 sonatas compuestas por Beethoven, y otras muestras de arte moderno de corte más transgresor.
Vida en Viena
También hay referencias simbólicas a la vida del compositor de Para Elisa: un escenario construido con parte del suelo original de la última de las sesenta viviendas que ocupó durante sus largas estancias en Viena. La vida del músico alemán estuvo muy ligada a la capital austríaca, pues allí pasó la mayor parte de su vida, compuso sus piezas más importantes y murió en 1827.
En la misma sala se encuentra la corneta que utilizó durante sus últimos años, en los que padeció sordera, junto con diferentes grabados de la serie de los Caprichos del pintor español Francisco de Goya, quien al igual que él también sufrió severos problemas de oído. En la última sala, completamente vacía y despejada de adornos y a la que no pueden acceder las cámaras, el visitante se topa con una interpretación de la música de Beethoven: varios cantantes interpretan a cappella por turno, en directo y durante todo el día, distintas piezas del músico.
Beethoven se mueve se integra dentro del calendario de eventos culturales que organiza la ciudad de Viena para conmemorar el aniversario número 250 del nacimiento del genio musical y que culminará el 16 de diciembre, día de su cumpleaños, con un concierto en la Plaza del Ayuntamiento de la capital austríaca.
La exposición Beethoven se mueve, que se abre mañana al público, supone un juego de diversos movimientos y estilos artísticos de diferentes épocas con el que la pinacoteca más importante de Austria se desmarca de su tradición, dedicando parte de sus instalaciones a un artista completamente ajeno al mundo de la pintura.
Le sugerimos leer J.G Vásquez: “La literatura cuenta el lado invisible de los hechos visibles”
Un músico en una pinacoteca
“Beethoven ha inspirado a muchas generaciones de artistas más allá de la música”, explicó Sabine Haag, directora del museo, durante la presentación de la muestra. Allí defendió este cambio de paradigma que ha supuesto “algo radical” para el museo. Haag confesó que la idea original de dedicar una parte del museo a Beethoven responde a un deseo de Eike Schmdit, designado director del museo, quien renunció el año pasado antes de llegar a ocupar el cargo. Él dijo: “El Museo de Historia del Arte tiene que hacer algo por el aniversario número 250 de Ludwig van Beethoven”.
Las sorderas de Beethoven y Goya
La obra de Beethoven, apenas mostrada a través de algunas partituras y escritos originales, representa solo una parte reducida de la exposición que está protagonizada por pinturas y bocetos de referentes del romanticismo y coetáneos de Beethoven: Francisco de Goya, William Turner o Gaspar David Friedrich. Estas obras de arte universales comparten espacios con objetos disonantes, como un piano de cola destruido colgando del techo -una instalación de Rebecca Horn titulada Concierto por la anarquía-, una partitura en la que están superpuestas todas las 32 sonatas compuestas por Beethoven, y otras muestras de arte moderno de corte más transgresor.
Vida en Viena
También hay referencias simbólicas a la vida del compositor de Para Elisa: un escenario construido con parte del suelo original de la última de las sesenta viviendas que ocupó durante sus largas estancias en Viena. La vida del músico alemán estuvo muy ligada a la capital austríaca, pues allí pasó la mayor parte de su vida, compuso sus piezas más importantes y murió en 1827.
En la misma sala se encuentra la corneta que utilizó durante sus últimos años, en los que padeció sordera, junto con diferentes grabados de la serie de los Caprichos del pintor español Francisco de Goya, quien al igual que él también sufrió severos problemas de oído. En la última sala, completamente vacía y despejada de adornos y a la que no pueden acceder las cámaras, el visitante se topa con una interpretación de la música de Beethoven: varios cantantes interpretan a cappella por turno, en directo y durante todo el día, distintas piezas del músico.
Beethoven se mueve se integra dentro del calendario de eventos culturales que organiza la ciudad de Viena para conmemorar el aniversario número 250 del nacimiento del genio musical y que culminará el 16 de diciembre, día de su cumpleaños, con un concierto en la Plaza del Ayuntamiento de la capital austríaca.