Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Biblioteca guajira

Vílmer Curvelo Redondo, el gestor del proyecto, decidió organizar la biblioteca del pueblo para que allí queden consignadas la historia del lugar y de sus habitantes.

Manuela Saldarriaga H.

20 de enero de 2015 - 09:00 p. m.
Los estantes de la biblioteca de Palomino han comenzado a llenarse con enciclopedias y obras clásicas. / Manuela Saldarriaga
PUBLICIDAD

El río San Salvador y el río Palomino crecen en el norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, tierra de indígenas koguis y arhuacos. La Troncal del Caribe es la línea divisoria entre esta población que se asienta en la parte rural y húmeda del corregimiento de Palomino, que hace parte del primer municipio del departamento de La Guajira, y entre la que comparte lo arenoso de la costa, donde desembocan ambos ríos y donde es posible acampar a veinte pasos contados del mar.

Hace 67 años, en 1948, ya siendo una región de nativos, Eusebia Lucila Peralta y Carlos Manuel Redondo López llegaron, habitaron y construyeron un primer ranchito cerca al litoral. Invitaron a familiares, a amigos, y lo que era entonces un caserío se convirtió en un lugar de moradores con casas de asfalto, una unidad de salud, una institución educativa (la primera y única), una estación de Policía y una casa de la cultura que funciona desde hace cuatro años.

Desde 2006, y por cerca de seis años más, este punto equidistante entre Santa Marta y Riohacha vivió una oleada de violencia que ahuyentó a algunos de sus pobladores. Sin embargo, es posible que haya más “brujería” en la forma en la que fueron repartidas sus tierras, inasequibles para los oriundos o para sus padres aun cuando se desvalorizaron, y ahora, por supuesto, muchísimo más, cuando es un paso obligado para viajeros con grandes mochilas.

Vílmer Curvelo Redondo, nieto de Eusebia Lucila y Carlos Manuel, tiene, por ejemplo, un negocio en la orilla del río Palomino, al que muchos turistas que se quedan en hostales repartidos por la costa (diez o quince) van a comprarle algo de beber o comer y darse un baño. Muy pocos, o tal vez la minoría de estos hospedajes, son de guajiros. Algo semejante a las fincas camino a la Sierra: propiedad privada.

Esto lo motivó a elaborar un libro en el que esté consignada la historia, la de su familia, de cómo se organizó y creó en realidad esta pequeña villa en la costa Caribe: Palomino. Desea hacerlo mancomunadamente con habitantes que estén interesados y dejar un relato más amable y más cercano, aunque contrario al cierto: partición de predios en manos de armados con punza o poder.

Read more!

Este libro estaría en un anaquel de la que será la primera biblioteca pública de Palomino, de la cual es gestor, y que tendrá el nombre de su abuela materna: Eusebia Lucila Peralta. Ya cuenta, gracias a donaciones (más de 21 cajas), con material literario y enciclopedias de ciencias básicas que ahora reposan sobre tablas de madera y sobre el suelo.

Será inaugurada en los próximos días y estará al lado de la Casa de la Cultura, en un espacio donde se desarrolla el programa “De cero a siempre” del Ministerio de Educación. No obstante, hasta ahora esta iniciativa no recibe ningún tipo de apoyo estatal, es más, para que esto suceda tiene que funcionar primero a puertas abiertas. Así que el propósito de Curvelo es reunir un equipo base e incluir a quienes de manera voluntaria quieran atender y ofrecer talleres de comprensión de lectura y escritura para niños y jóvenes.

Husmeando entre los libros que recibieron observé que tienen, además de grandes tomos que reúnen “la historia del hombre” o atlas universales, enciclopedias con temas de ciencias naturales, matemáticas, sociales, filosofía, así como cuentos infantiles y otros que no lo son tanto, de grandes autores: Flaubert, Nietszche, Platón, Dante Alighieri, Shakespeare, en fin...

Read more!

Valga decir que no basta y que todas las donaciones de cualquier parte, de grandes bibliotecas públicas o domésticas, serán bien recibidas. Pienso que este podría ser igualmente un lugar en el que indígenas adolescentes aprendan a leer español y, por qué no, quienes deseen aprendan también su lengua amerindia. A lo mejor suceda, aunque el panorama no es alentador: varios duermen ebrios, y no de letras, sobre la troncal.

 

No ad for you

 

lanochemochila@gmail.com

*Contacto de Vílmer Curvelo: vcr13alem@hotmail.com.

Por Manuela Saldarriaga H.

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.