Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              23 de septiembre de 2022 - 05:00 p. m.

                                                                                                                              Entre las perlas del Caribe colombiano

                                                                                                                              A medidos de la segunda década del siglo XX, el escritor y periodista Eduardo Zalamea Borda, huyendo del frío grisáceo de entre los cerros de Bogotá, llegó hasta el tórrido municipio de Puerto Colombia.

                                                                                                                              Leydon Contreras Villadiego

                                                                                                                              Playa en la isla Tierra Bomba, Cartagena, en el Caribe colombiano.
                                                                                                                              Foto: Getty Images - gustavo ramirez

                                                                                                                              Siempre habrá quien sueñe con conocer el mar. Por lo general o por coincidencia, muchos de estos soñadores son habitantes de las frías alturas, seres habituados al íntimo calor de una acogedora chaqueta, a la calidez elegante de una gabardina holgada, o usuarios tradicionales de una cómoda y lanuda ruana.

                                                                                                                              Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.

                                                                                                                              Playa en la isla Tierra Bomba, Cartagena, en el Caribe colombiano.
                                                                                                                              Foto: Getty Images - gustavo ramirez

                                                                                                                              Siempre habrá quien sueñe con conocer el mar. Por lo general o por coincidencia, muchos de estos soñadores son habitantes de las frías alturas, seres habituados al íntimo calor de una acogedora chaqueta, a la calidez elegante de una gabardina holgada, o usuarios tradicionales de una cómoda y lanuda ruana.

                                                                                                                              A medidos de la segunda década del siglo XX, el escritor y periodista Eduardo Zalamea Borda, huyendo del frío grisáceo de entre los cerros de Bogotá, llega hasta el tórrido municipio de Puerto Colombia. Tenía más o menos 17 años de edad cuando pisó sus grumosas playas y exclamó: “puerto de barcos inmensos y de balandras humildes. Olores de pescado, que saltan a todo lo largo del muelle, olores de mujeres, de axilas, de sudor y de cerveza de los barcos alemanes”.

                                                                                                                              El joven Zalamea Borda, quien había renunciado a su saco y corbata, y por lo tanto, a su congénita condición de cachaco, quizá azuzado por el hiriente sol que hasta entonces desconocía, una tarde cualquiera se le dio por meterse un tiro en el pecho, al ladito del corazón. La bala salió por las espaldas sin descarnarlo de la vida. Como quien dice: le salió el tiro por la culata. Ese arrebato existencial lo tuvo en Barranquilla, bajo la sombra de un almendro, antes de su paso por Cartagena y con rumbo obsesivo hacia la península de La Guajira.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              Removiendo su pasado novelesco, Zalamea Borda se refirió a Cartagena como la “ciudad de la tradición heroica. La ciudad tranquila, de la colonia y del pasado, ciudad de mujeres y de murallas”. Esta era la voz de un joven turista entre la segunda y tercera década del siglo XX.

                                                                                                                              Por lo general, cuando alguien se imagina de paseo por tierras calientes, es posible que alguna de las perlas del Caribe colombiano aparezca de súbito en el mapa vacacional de sus deseos.

                                                                                                                              Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                              Casi siempre toda la atención se inclina sobre postales de prominentes complejos turísticos cinco estrellas, de restaurantes distinguidos con emblemas de sirenas o timones navales; los ojos del soñador se hunden en los casinos tropicales embriagados de derroche, sus lenguas sueñan con abundantes cocteles policromáticos con sombrillitas en el borde del vaso; pintan el final de sus días con vaivén de hamaca, en donde la vida discurre feliz frente a tardes bañadas en la espuma de un mar que no descansa en ser atravesado por los imponentes cruceros que van y vienen de las Antillas mayores a las menores.

                                                                                                                              Y como en cualquier puerto des antilles, aquí no pueden faltar las noches de desenfreno y sudor en las discotecas de lujo que rinden culto al Gran Caribe alegre y tropical ⸺tipo Miami Beach⸺.

                                                                                                                              Barranquilla o el rezago

                                                                                                                              De las perlas del Caribe colombiano, ⸺sin excluir el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa catalina⸺ Santa Marta y Cartagena han desarrollado ⸺desde hace décadas y décadas y con dineros de indistinta índole⸺ toda una sofisticada industria del turismo que, perfecta y sólidamente, hasta el día de hoy, se sostiene sin nada que envidiarle al jardín primigenio del Edén.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La bahía de Santa Marta o el célebre Rodadero, son complejos de relax y confort mundialmente conocidos. Son ricos balnearios rebosantes de placenteros servicios y voluptuosas atenciones que provoca pensar en una suerte de hedonismo playaro (Il dolce far niente).

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Por doquier se tropiezan los hoteles cinco estrellas, cuyas calificaciones están a la altura de los mejores y más paradisiacos resorts del mundo, en donde el descanso, la diversión y el sensual espectáculo del Caribe en el horizonte, son la eterna constante.

                                                                                                                              Le recomendamos: Del pensamiento crítico y los puentes culturales

                                                                                                                              Lo mismo ocurre con el Corralito de piedra, en cuanto al despliegue de su vasta economía turística y sus gigantescas moles de acero y vidrio que, como modernos faros en las costas rocosas, dominan altivas sobre el mar Caribe y hasta más allá, en donde se ve que el cielo se besa con el mar.

                                                                                                                              No voy a hablar de las mojarras de Barú

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En Cuatro años a bordo de mí mismo, la novela modernista de Zalamea Borda, no había lugar para suntuosos hoteles ni eufóricas discotecas. En boca del aventurero que va de paso por las perlas del Caribe, nos cuenta el encantó que sí atravesó su forajido corazón: “Lo que más me gustó de Cartagena fueron los nombres de las calles: Calle de la Media Luna, Calle de las Ventanas de Hierro, Calle de los Santos de Piedra, Calle del Estanco del Tabaco, Calle del Candilejo, Calle de la Moneda, calles llenas de mujeres, de turcos comerciantes, de negritos impertinentes, de gritos de vendedoras de pescado. Y los barrios modernos: Popa, Manga, El Cabrero. Y qué alegre el Portal de los Dulces, con sus limpiabotas gritones, sus vendedores de billetes de lotería y sus almacenes de abarrotes”.

                                                                                                                              Barranquilla o el turismo

                                                                                                                              Barranquilla ya no tiene aquel extenso muelle que conoció el suicida sin vocación, ahora tampoco llegan a Puerto Colombia aquellos barcos inmensos. Sobre las orillas de las playas del Atlántico nunca se desencadenó ese hervidero de hoteles que ostentan otras perlas del Caribe y que, sí o sí, desparraman toneladas de desechos por todo lo ancho y lo largo de las aguas.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Existe hoy por hoy un malecón del río, amplio, fresco y extenso. Que también hubiera podido haberse hecho hace cincuenta años atrás de seguir las instrucciones de un filósofo que hablaba de Barranquilla como una ciudad Alejandrina.

                                                                                                                              Sino es por el Carnaval de Barranquilla, nacionales y extranjeros habrían pasado de largo hacía Cartagena y Santa Marta, o hacia cualquier otro lugar del universo. Sería un punto anónimo en el atlas cultural.

                                                                                                                              Aquí las playas son más bien de consumo local. Las hay bellas y vírgenes, como Puerto Caimán y Palmarito, pero carecen de ese embeleco paradisíaco que venden las postales del Caribe. No jalan ese turismo grueso que sí jalonean la ciudad amurallada y la capital del Magdalena.

                                                                                                                              Está bien, se puede plantear otra oferta turística

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La han vendido como la casa de la Selección Colombia, pero mejor que eso, desde unos años para acá somos testigos presenciales, que esa belleza que narra Zalamea Borda cuando recorre Getsemaní y otros barrios de Cartagena, es un atractivo que hasta ahora despierta con fuerza en Barranquilla.

                                                                                                                              Ya no es solamente el recuerdo de los viejos estaderos especialistas en salsa de los años 70, ni La Cueva del Grupo Barranquilla como eje emblemático de la cultura en la ciudad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              En Barrio Abajo, como en las crónicas de Cesar “Paraguitas” Morales, la fuerza de la tradición de un barrio emerge del olvido y se integra con triunfo a la parrilla turística de la ciudad. Los embrollos populares del conflicto humano, como en Lo Amador de Burgos Cantor, condimentan la fiesta popular de champeta y gastronomía.

                                                                                                                              Aquí se agradece y también veneramos al mar, él nos alimenta y nos conecta con el mundo y nuestra identidad, pero por fortuna hay otras cosas qué ver y hacer. No todo es vender cocos, alquilar lanchas o tumbar palmeras y aplanar montañas para construir más hoteles.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Las casas culturales han salido al ruedo y se levantan como salvaguardas de esta cultura de barrio en ese sentido en el que lo narró el autor de Cuatro años a bordo de mí mismo; aquellos barrios petrificados en el tiempo por fin se desempolvan. No solo ofrecen la cuota verbenera, hay talleres, hay tertulias literarias y recitales de poesía. Hay por dónde caminar.

                                                                                                                              Le podría interesar: Marcel Marceau, el mimo que salvó a cientos de niños judíos durante el Holocausto

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Se cuenta entre estas casas culturales, en el corazón de Barrio Abajo del río, como se le conoce históricamente a este pedazo de centro norte histórico de la ciudad, La Casa de Hierro, aposento de bohemias legendarias y cafés al aire libre. A la vuelta de la casa del Carnaval se ubica Casa Morón, rumbiadero por excelencia de universitarios y conspiradores intelectuales, en donde también se celebra El patio de los vientos perdidos, que, evocando a Lo amador, deriva en debates literarios y políticos amenizados con cervezas y ron. A un costado de la popular carrera 50 o callejón de la Aduana, uno se topa con Casa Amarilla, centro gastronómico y bailadero abierto al mundo, cuyo lema es ¡Amar y ya! Allí tienen su espacio de deliberaciones culturales bautizado Tiremos Línea con homenajes a Ernesto McCausland y a otros grandes de las letras y la cultura barranquillera.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              El proyecto de hacer de Barrio Abajo el museo a cielo abierto más grande de este lado del mapa, parece tomar forma y lo están haciendo los ciudadanos de a pie. El edificio de la antigua Aduana que es hoy La Biblioteca Piloto del Caribe y que contiene entre sus paredes al Archivo Departamental del Atlántico, es el signo del despertar cultural de Barranquilla desde hace unos lustros para acá, que, desde la creación de la Academia de Historia de esta ciudad, hacia finales de los años ochenta, abonó el acervo investigativo para hablar de la historia de la ciudad más allá de su mito fundacional que involucra a vacas y vaqueros. Se habla de una historia regional y se viene rehabilitando el centro histórico. Ojo, que falta el Teatro Amira de la Rosa, y hay que acelerar con el Museo de Arte Moderno y meterle el hombro al Museo del Caribe y soltar la plata para los Portafolios de Estimulo que tanto necesitan artistas y gestores culturales.

                                                                                                                              La creación de la Cátedra del Río, también fue un paso hacia la narrativa que hoy sostiene el discurso de nación Caribe. La Fábrica de la cultura en donde funciona la Escuela Distrital de Arte, también en Barrio Abajo, amplía la oferta turística de una ciudad que siente su fuerza no tanto en las instituciones tradicionales, sino en la tradición de sus costumbres y su propia historia desmarcada del centralismo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Le sugerimos: La apropiación y la violencia: formas de representación artística

                                                                                                                              Caminar entre estas calles modestas y coloridas, en donde las casas culturales se apropian de la academia y de los saberes populares para ponerle el pecho a la demanda cultural que propios y foranos quieren y necesitan descubrir, es caminar sobre la historia y plantear nuevos paradigmas de turismo.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Este es un turismo cultural, de antropología callejera, de exhibición de modos de ser, de cosmologías populares y ancestrales que superan la experiencia ordinaria del turista pasivo, aquí hay para encontrar lo que no tienen las grandes cadenas hoteleras que se han ido apropiando de las poéticas puestas de sol. Una cosa que no tiene precio.

                                                                                                                              Por Leydon Contreras Villadiego

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar