Cartografía personal de Barcelona

El escritor argentino Laureano Debat crea un mapa personal de Barcelona con sus experiencias, sueños y sensaciones. Es la visión del inmigrante en movimiento perpetuo que sabe cómo contar la ciudad en la que vive.

Isabel-Cristina Arenas
10 de agosto de 2018 - 02:00 a. m.
 El escritor argentino Laureano Debat. / Teresa Ordinas
El escritor argentino Laureano Debat. / Teresa Ordinas

Si alguien lleva años viviendo en Barcelona puede imaginar cómo es la ciudad en su ausencia. Sabe que como estamos en verano todo es más lento, las calles están vacías en algunas zonas y en otras, a reventar. Puede que hasta le haga falta este calor húmedo que aprieta los pulmones, quizás un poco la playa y, seguro, los bares y librerías. Laureano Debat es un escritor argentino que ha vivido aquí desde 2009 y estará de viaje por Suramérica durante varios meses. Me dice que necesitaba un respiro, “desbarcelonizarme un poco, quería extrañarla y volver a verla con ojos renovados”, y también tenía ganas de ir a presentar: Barcelona inconclusa (Candaya, 2017), su libro de crónicas.

En La vida en rouge, el autor comparte apartamento con dos prostitutas, Sonia y Jimena, que trabajaban desde casa. Al principio él no sabía que lo eran hasta que vio a una de ellas vestida de mucama sexy. Se hicieron amigos y confidentes. El escritor fue tomando notas en su habitación —que daba justo al patio de un convento de monjas— y el resultado es la crónica que se lee al principio del libro. “Cuando Sonia descubrió que yo había venido a Barcelona para hacer un Máster en Creación Literaria, se tentó con la idea de una novela sobre su vida”. Fueron nueve meses de estancia en los que llenó varias libretas de apuntes que hoy son la base para la novela de no ficción en la que está trabajando: “Será una crónica extensa del tiempo viviendo con dos prostitutas y del año en el que se radicaliza el procés catalán, donde también empezaba a articularse un incipiente 15M y cuando España salía campeona mundial de fútbol”.

En este texto conocemos un poco al autor y entramos en confianza, ya sabe uno con quién es que se va a ir a recorrer, a vivir la ciudad. Vamos, por ejemplo, a un congreso esotérico, a una maratón, a un barrio en las afueras de la ciudad, a presentar casting para conseguir habitación, a la librería en la que siempre quiso presentar un libro y lo hizo (Nollegiu), a saltar por terrazas lujosas, a un concierto en los jardines de Pedralbes, a un partido de Racing y hasta a un curso para hacer un videocurrículum.

Debat cuenta cómo es llegar de estudiante a esta ciudad y darse cuenta de que la gente no se mira, entender que montar en bicicleta puede ser una protesta, que hay marchas españolistas, marchas independentistas, brutalidades de la autoridad, como en todo el mundo, que la felicidad también habita la periferia, que algunos le compran cerveza a su perro, que cada barrio tiene sus leyes, sus ritmos y hasta sus propias baldosas.

También, que al llegar es posible que se deba trabajar en lo que surja, en lo que toque, repartiendo volantes de un restaurante o dejándose tentar por la magia de los batidos saludables de Herbalife. Que aquí existe el curso especializado en lo que cualquiera pueda imaginar y que se habla otro idioma. Saber y querer olvidar que Barcelona es objetivo de atentados terroristas, que ya hubo uno. Y que, a pesar de todo esto, y por fortuna, es el lugar al cual siempre se quiere regresar. Se disfruta cada texto de su Barcelona inconclusa.

En todos estos temas está puesta la mirada de Laureano Debat (Lobería, 1981), quien colabora como periodista en diversos medios en España y Latinoamérica. La suya es la visión del inmigrante que sabe observar, que llegó con el catalán aprendido desde Argentina y sabe moverse. Él tiene la perspectiva de alguien en perpetuo movimiento, un flâneur que tiene activado ese “darse cuenta del mundo” y que logra que uno quiera conocerlo, o reconocerlo con él, aunque se considere a sí mismo un “pésimo lector de mapas”. Son treinta y tres crónicas que comenzaron primero como un blog y fueron tomando forma hasta convertirse en su primer libro.

Lleva tres meses fuera de Barcelona y dice que extraña a sus amigos y amigas, caminar por el Raval, los festivales de música, sentirse en casa. Regresará en 2019, pues es profesor de un curso de Narrativa de Viajes en el Ateneu Barcelonés, además; porque este es el lugar que ha elegido para vivir. Uno se va, pero la ciudad se pega y se extraña aun antes de haber partido.

*El autor estará el próximo miércoles 15 de agosto en la librería Tornamesa hablando de su libro junto al columnista y profesor Camilo Hoyos.

Por Isabel-Cristina Arenas

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