
Así como el arte fue fundamental en el mantenimiento del orden social al interior de su tierra, la relación con la comunidad académica europea le dio a Catalina la Grande una plataforma de propaganda y de proyección internacional, convirtiéndose en un actor clave y respetado en el escenario mundial de la época.
Foto: No credit
Si Catalina Alexeievna, siendo duquesa y viviendo bajo el yugo de Isabel I, creía en las ideas liberales, Catalina la Grande, siendo emperatriz de Rusia, creía firmemente en la autocracia: una patria, una fe y un monarca. La obediencia ciega, la veneración absoluta y la sumisión hacia sus decisiones políticas fueron los pilares de su reinado, así como la base expansionista de su imperio. Cualquier amenaza, interna o externa, la combatía sin vacilaciones, pues en sus planes no cabía una figura que desafiara su poder y mucho menos un actor que...
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