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Actualmente se realiza en Ciudad de México la novena versión de Zona Maco (hasta el próximo domingo), feria que exhibe el arte contemporáneo de todo el mundo. Entre las 107 galerías que participan la mayoría son de México y Nueva York y Europa, aunque Colombia está presentada por dos: Casas Reigner y La Central, ambas de Bogotá.
La primera está ubicada en Zona Maco Sur, una sección recomendada por la feria, pues fueron invitadas a participar con un proyecto en específico. Este es el cuarto año consecutivo que participa Casas Reigner, que esta vez exhibe una revisión de la obra de Antonio Caro, artista conceptual reconocido por crear el letrero de Colombia con las letras al estilo de la marca Coca-Cola.
"Antonio Cano es un artista ya consolidado, pero su obra no se había expuesto aquí, por lo que Patrick Charpenel (responsable de la curaduría de Zona Maco Sur) nos invitó para que la diéramos a conocer", explica Claudia Ramírez, asistente de dirección de Casas Reigner.
Por eso, los visitantes de la feria pueden disfrutar entonces, en el stand 12, carteles realizados por Cano en varias épocas. Está por ejemplo trabajos de "Proyecto 500" (año 87), "Maíz", (76), "Achiote" (87 – 88), "Colombia" (77), "Dosis personal" y "Todo está muy caro". Entre las obras recientes se destacan unos carteles blancos con palabras que se relacionan con textos de periódicos. "Salma Hayek", "Rochita" y "El Chapulín" son algunos de los carteles inspirados en los medios mexicanos.
Por otra parte, la galería La Central participa en la sección Nuevas Propuestas con las obras de los colombianos Carolina Caycedo, Estefan Benchoa y Felipe Arturo. También con las propuestas de Pía Camil, Ana Roldán, Manuela Viera Gallo y el norteamericano Otto Berchem. Casi todos estos artistas tienen algo en común y es el trabajar con códigos; es decir, que sus obras representan algo en la medida que el espectador le dé una letra, color o nombre a cada elemento que conforma la obra.
Arturo, por ejemplo, basado en el libro de Tomás González, diseñó en concreto "Primero estaba el mar". Cada ola tiene una letra, así que al leerlos desde diferentes ángulos se puede leer también "El mar estaba primero".
Algo similar sucede con la obra de Ana Roldán, quien sobre una mesa organizó una serie de figuras geométricas que representan la naturaleza a partir de siete líneas. Los círculos son el sol, los triángulos las montañas y los medios círculos el mar. Claro está, el espectador puede darle su propia interpretación.
Tal vez la más curiosa es la de Estefan Benchoa, quien representa "la cheveridad" con la foto Byron Marmol, en la que un hombre gordo está encima de una obra de Fernando Botero.
Pero además de Casas Reigner y La Central, la galería francesa Mor tiene exhibiciones de los colombianos Óscar Muñoz y Milena Bonilla. "El primero participa con un autorretrato que reflexiona sobre lo difícil que es guardar recuerdos en la memoria, por lo que hace su cara en losas calientes que evaporan las líneas de su rostro con el paso de los minutos", explica Alex Mor, el colombiano que abrió esta galería hace un año y medio en París.
Bonilla, por su parte, participa con la serie fotográfica "One excersise of self destruction", nominada a mejor obra fotográfica en los premios españoles Purificación García. También está la obra "Size torent or tosell", en la que sobre una mesa blanca reposan bolas negras de lana. Cada una de estas tiene el tamaño del país americano que representa (escala de 1 a mil); pues es una reflexión sobre cómo el territorio de un país condiciona su presencia económica en el mundo. Siguiendo estos parámetros, la obra se cotiza según la tasa del peso colombiano, por lo que ahora mismo costaría unos 41 millones de pesos.
Finalmente, Colombia también está presente en la serie fotográfica creada con el colectivo Tercerounquinto, un grupo de tres artistas mexicanos bastante ligados con Bogotá. Ellos presentan con la galería mexicana Proyectos Monclova cinco fotos en blanco y negro de diferentes puntos de la ciudad. Cada una tiene un letreros en color vinotinto "Asesinos", "M-19", "Si el hambre es ley, rebelión es justicia" y "Bogotá D.C de los cerdos".
Los artistas sostienen que las frases no son opiniones personales sobre Bogotá, sino que hace parte del proyecto que desarrollan en la ciudad sobre los grafitis que están relacionados con marchas estudiantiles, protestas y diferentes manifestaciones políticas y sociales.