En Cartagena de Indias se presentaron los cinco objetos recolectados del Área Arqueológica Protegida del Galeón San José. Como parte de la segunda fase de la investigación llamada “Hacia el corazón del Galeón San José” se anunció que cinco nuevos fragmentos del naufragio fueron recuperados.
Las piezas rescatadas fueron: un cañón de aproximadamente 2,5 toneladas, una taza de porcelana y tres macuquinas (monedas), así como dos fragmentos de porcelana y restos de sedimento asociados a estos objetos. La operación se realizó con buques de la Armada de Colombia. Alhena Caicedo, directora del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICAHN), afirmó que además de estas piezas recolectaron fragmentos principalmente de cerámica y muestras del sedimento del fondo marino.
“Este hecho histórico es una muestra del fortalecimiento de las capacidades técnicas, profesionales y tecnológicas del Estado colombiano para proteger y difundir el Patrimonio Cultural Sumergido, como parte de la identidad e historia colombiana”, señaló Yannai Kadamani Fonrodona, ministra de las Culturas, las Artes y los Saberes.
Por su parte, para Caicedo, la recolección de las piezas “abre la posibilidad de que la ciudadanía pueda aproximarse, a través del testimonio material, a la historia del galeón San José”. La directora confirmó que los objetos serán llevados al laboratorio de patrimonio subacuático del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas de la Armada Nacional, donde permanecerán mientras se estabilizan.
Caicedo afirmó que el proyecto de investigación comenzó en 2024 con “un primer año en el que nos dedicamos a la identificación plena y delimitación del área arqueológica protegida Galeón San José. Arrancamos la segunda fase con la recolección de evidencia arqueológica que hemos adelantado durante los últimos días”.
De acuerdo con la directora de la institución, esta segunda fase se realiza con el objetivo de comprender mejor los comportamientos que los materiales podrían tener al verse expuestos al oxígeno, “para garantizar la realización de los debidos procesos de conservación”.
De acuerdo con un comunicado de prensa, “esta evidencia material servirá para realizar estudios arqueológicos y análisis arqueométricos, es decir, estudios en laboratorio sobre composición que permiten responder preguntas relacionadas con el proyecto de investigación, como procedencia, cronología y tecnologías de producción, entre otros, con los cuales se podrán confirmar estos hallazgos”. Caicedo aseguró que entre las preguntas que se pueden responder con estos elementos se encuentra la determinación de la causa del hundimiento, la disposición de los objetos en el yacimiento y su distribución y cómo estaba habitada la nave al momento de su hundimiento.
“Esperamos que estos objetos nos permitan comparar tipologías de objetos que se han conocido anteriormente y establecer cronologías de manera eficaz para identificar los rangos temporales en los que estos objetos fueron creados, cómo llegaron al Galeón San José y, finalmente, al yacimiento arqueológico”, aseguró Caicedo.
Los objetos fueron seleccionados a través procesos que, desde la pertinencia científica y viabilidad tecnológica de la Armada, le permitieran a los investigadores determinar los materiales inorgánicos como la cerámica (porcelana) y el metal (oro y bronce) que puedan aportar a responder preguntas de la investigación.
“Luego de su recolección, los objetos arqueológicos entran a un largo proceso de conservación, el cual se desarrollará en el laboratorio de Patrimonio Cultural Sumergido que el Estado colombiano dotó en el Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas (CIOH) del Caribe, perteneciente a la Dirección General Marítima – DIMAR", se lee en el comunicado.
La primera fase de la investigación se enfocó en un estudio no intrusivo del contexto arqueológico. De esta forma, pretendían entender la distribución de los objetos y los restos del navío en el lecho marino. Así delimitaron el área y los procesos de deterioro de los objetos.
La segunda fase “busca profundizar en el estudio mediante el análisis directo de los objetos arqueológicos, lo cual implica su recolección para estabilizarlos, es decir, adaptarlos gradualmente al cambio del entorno marino al terrestre, y conservarlos en óptimas condiciones”.
Con este primer avance, Caicedo espera que a través de estos análisis se pueda ampliar la base documental del proyecto de investigación, avanzar en la conservación de estos objetos y continuar con rigurosidad el proceso de excavación que se llevará a cabo en los próximos años.