
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Evitar el bigote y la barba postizos, que se detectan fácilmente, tener dinero en efectivo en el bolsillo y estar en buena forma física son algunos de los preceptos dados a los aspirantes a espías dados por los servicios secretos británicos en un folleto que data de la Segunda Guerra Mundial. Este es uno de los documentos que compone la exposición “MI5: Official Secrets” que este año se presentará en los Archivos Nacionales de Londres.
Allí, los visitantes también podrán encontrar archivos originales, fotografías y algunos de los equipos que eran utilizados por los agentes para sus labores de espionaje.
“Si bien gran parte de nuestro trabajo debe permanecer en secreto, esta exposición refleja nuestro compromiso continuo de estar abiertos siempre que podamos”, dijo Ken McCallum, responsable del MI5.
Guía práctica del buen espía
En efecto, uno de los documentos más interesantes que tiene esta exposición es un folleto ilustrado en el que se detalla todo lo que debe tener un buen espía. Aunque, a los candidatos se les advertía desde el principio que se trataba de un trabajo que tenía poco que ver con lo que se veía en las películas, pues implicaba “poco glamour y mucha monotonía”.
En el documento se cuenta que el candidato ideal para liderar una operación de vigilancia debe ser un hombre que de máximo de 1,76 metros de altura y quien debe “parecerse lo menos posible a un policía”. Los hombres que son “demasiado bajos” tampoco sirven, porque “atraen tanta atención como los grandes”, continúa el folleto.
Esto es porque la ventaja más grande que puede tener un espía es la de mimetizarse con el entorno. Por ejemplo, recomiendan llevar “ropa vieja, una gorra y una bufanda” en los barrios pobres, mientras que el agente debe vestir más elegante a la hora de entrar en hoteles, edificios residenciales u oficinas en el centro de Londres.
Además, el documento aclara que es necesario que el espía esté siempre “activo y alerta” porque “a menudo sucede que un sospechoso entra o sale corriendo de un vehículo en movimiento”. Para seguirlo sin ser descubierto, se recomienda mantenerse a unos 20 metros y caminar siempre por la acera opuesta. Si la persecución es en taxi, se aconseja llevar suficiente dinero en efectivo para dejar una “buena propina”.
Este es apenas un abrebocas a lo que trae esta exposición, que también incluye testimonios de agentes que hacían parte de la institución durante la Segunda Guerra o durante la Guerra Fría.