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¿Por qué hemos permitido tanta violencia en el país? Walbert Pérez no sabe la respuesta, pero tiene claro que todo parte de hacerse preguntas. Esta es sólo una de esas que se hace el artista a través de Implosión, una serie de 14 obras con las que busca que el espectador también se lleve sus propias inquietudes acerca del conflicto armado en Colombia.
No es fácil abordar el tema de la violencia política, aunque se ha hecho desde el arte conceptual y figurativo, pocos artistas abstractos lo han intentado. Obregón lo vivió en su momento, hoy Walbert Pérez lo está experimentando desde que decidió aplazar el color que caracteriza su obra por una serie oscura con la que busca generar cuestionamientos y mover fibras hace tiempo dormidas.
Esta vez sus alegres y policromáticas creaciones se llenaron de sombras para dar paso a una reflexión seria como resultado de memorias que retornan a través de formas apenas sugerentes.
Una sensación que lo acompaña desde niño en su natal Sincelejo, cuando las noticias de la mañana sólo contaban los muertos del día anterior y esas mismas los borraban para siempre de la memoria y la nostalgia, fue el inicio de una idea casi obsesiva de hablar de la guerra, de las víctimas y, sobre todo, de la indiferencia con su obra.
“Me fui dando cuenta de que a mucha gente no le interesaba en realidad el futuro del país ni la violencia. Al ver toda esa apatía pensé que no me podía quedar callado, tolerando tanta violencia durante tantos años”. Así explica Pérez su decisión de contar a través de la pintura el dolor que le produce la oscuridad de la violencia.
En Implosión no son necesarias las formas claras y figurativas para transmitir una voz suave, pero clara y contundente, que protesta por un país que no tiene reparos en perder la memoria y convivir con la injusticia.
Aunque en términos generales, el arte en Colombia si trata el tema, desde el coleccionismo pocos quieren ser activos frente a un conflicto instalado en el país durante años, muchos compradores prefieren obras menos polémicas y más condescendientes.
Al respecto Walbert Pérez es claro: “Pocos hablan sobre el conflicto y los que se atreven sufren amenazas. Para un artista el riesgo es muy grande, porque al hablar de violencia política es posible que los coleccionistas rechacen la serie, no son muchos los que quieren hacerse este tipo de preguntas”. Sin embargo, asume el riesgo de manifestar esta reflexión que lo persigue desde su niñez, está convencido de que era necesario una manifestación honesta que desde la abstracción, que es su lenguaje preferido, hablara de lo que poco se nombra.
Cada una de las obras cuenta historias que insinúan sin decirlo, fosas comunes, silencios cómplices, masacres sin justicia, víctimas como testigos y observadores inmóviles y lejanos que apenas reaccionan.
En busca de procurar emociones creadoras de preguntas y sin que sea necesario que sus obras griten mensajes explícitos, Wálbert Pérez logra que los espectadores, después de mirar de cerca sus obras, se lleven por lo menos una pregunta de regreso.
The Warehouse Art.Calle 20 N° 3-19.