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Usted es escritor, enólogo, erudito, melómano, políglota, profesor, maestro de esgrima, viajero y ha cultivado a lo largo de su vida otras tantas actividades y profesiones. ¿Cuál diría que es el hilo conductor de todas ellas?
El hilo conductor es la curiosidad, siempre. Desde muy pequeño he sentido ese afán de conocer, de abandonarme a la vida. Soy un vitalista, siento un placer grande por la vida, creo -y coincido en esto con místicos y con racionalistas- que hay una razón de la vida que es superior a todo y que esta es la aventura, y esta fue siempre mi aventura: vivir, vivir en cualquier circunstancia, de salud, de carácter, de pensamiento… siempre encontraba una salida en vivir, siempre el camino de la vida frente al camino de la depresión, del pesimismo. Soy en esto un esperanzado vividor.