“Haga usted como yo, no se meta en política”. Esta frase la pronunció el mismísimo Francisco Franco cuando un colaborador le pidió consejo. Teniendo en cuenta que mandó asesinar a miles de personas que no coincidían con su credo.
Quique Peinado
Tal vez resulte extraño anunciar siquiera que al fútbol han entrado todas las disciplinas y saberes del mundo académico y, más extraño aún, que la historia del fútbol cuenta con una pléyade de jugadores que se han dedicado al estudio porque concibieron que el fútbol no es una carrera para el conocimiento que se eterniza cuando se comparte. El fútbol eterniza lo efímero, pero está simbolizado por asuntos tan efímeros como la vida misma.
Le sugerimos leer el especial Roberto Arlt, o escribir sin gramática ni ortografía (II)
Acabo de terminar de leer Futbolistas de izquierdas, de Quique Peinado, y he hallado nombres, múltiples nombres de futbolistas que se han declarado de izquierda o, por lo menos, han asumido posturas claras en contra de las dictaduras que, al mismo tiempo, han hecho sus entradas al fútbol y se han aprovechado para su propaganda en todos los tiempos y lugares. ¿Futbolistas de izquierda? Basten algunos nombres y hechos para que este pequeño recorrido sea una invitación a leer la vida y obras de estos hombres que se entregaron a una causa y no les tembló la mano para defenderla hasta sus últimas consecuencias. Una provocación para establecer vínculos entre fútbol y política o, mejor, entre fútbol y posturas concretas sobre ideologías y sueños.
Agustín Gómez Pagola, nació en España, pero desde niño fue a vivir a la Unión Soviética. Jugador de fútbol y militante del Partido Comunista. Con la muerte de Stalin, Franco decide que el jugador debía representar los colores de España y no los de la Unión Soviética porque debían “salvarlo” de ese yugo. Jugó en el equipo que, paradójicamente, se llamaba Torpedo de Moscú. El jugador francés Raymond Kopaszewski, Balón de oro en 1958 y goleador en el Real Madrid, escribió un artículo que tituló “Los futbolistas son esclavos”. Kopa, como fue conocido en el fútbol, defendió los derechos de los jugadores como si se tratara de una premonición de lo que fuera Mayo del 68 en Francia. Metin Kurt, futbolista famoso porque no tenía tiempo para leer, pues su padre murió joven y su hermano, otro futbolista, se casó y le quedó la responsabilidad de mantener la casa. Algún utilero le sugirió Los Miserables, de Víctor Hugo y ya no paró de leer: Marx y Hegel le enseñaron de justicia social y de sensibilidad humana. En una ocasión dijo que: “A la salida de un partido, un niño descalzo, casi sin ropa, me pidió los cordones de las botas. Me eché a llorar. La realidad me golpeó la cabeza como un martillazo. Ese niño iluminó mi camino”. Kurt enfrentó a Paul Breitner, el ícono de la izquierda en el fútbol europeo. Estos nombres se suman a otros que reivindican los derechos de los deportistas, fundaron sindicatos y lucharon por la dignidad.
*juan.rodas@upb.edu.c