
Postal navideña del cerro de Monserrate, en Bogotá.
Foto: Cortesía Mincomercio, Carlos Eduardo Espinosa Velásquez - Bogotá, Cundinamarca
Sentados en la Gran Piedra que servía de límite sur a la bahía, el pequeño Arnaldo y su abuelo encontraron el momento que buscaban para enfrentar abiertamente sus recuerdos. Faltaba muy poco para que se ahogara en el océano la bola incandescente que tanto calor les había dado durante el día. Ahora, era una inmensa naranja que comenzaba a ser engullida por las eternas aguas. Un largo camino brillante, como alfombra de fuego mojado, iba de la Gran Piedra hasta el inmenso disco que se precipitaba en las insaciables fauces del monstruo marino.
Arnal...
Por José Alejandro Vanegas Mejía / jose.vanegasmejia@yahoo.es / Especial para El Espectador
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