Acabo de enterarme por el noticiero de cierta grosería
cometida por este pueblo contra un hombre
o por un hombre contra otro.
Una mano cobarde pretendió humillarlo
arrojando un proyectil a su humanidad:
al caer a tus pies de alquimista
la ofensa nunca merecida
se vio de repente transmutada en una pelota
tu pelota
el planeta de juguete que encontraste en la obscuridad de tu vida
el sol que levantaste de la grama
la bolea de gracia que se hizo día
elipsis de meteoro que conquista el clímax de la tribu
tu felicidad del niño mítico
que juega a solas con el mundo entre sus botines
bajo la mirada de su dios.
Conseguiste lo que hace el poeta
devolviste la voluntad de tu corazón
cuando la vida te acorralaba en el desierto
has escrito a tu manera el poema
trazando la gambeta maestra en la página verde
burlaste la burla
devolviste esta bala redonda y espléndida
que se clava invicta el alma de la fealdad.