No es que nunca haya estado presente esta opción o que sea completamente nueva dentro de las dinámicas vinculadas a recorridos artísticos. Si mi memoria no me falla, ya desde hace bastante tiempo se empezaron estas propuestas con otro nombre: “Circular: recorrido por espacios artísticos”, una iniciativa que comenzó por el año 2011 y tuvo tan buena aceptación que decantó en los circuitos que seguramente algunos de nosotros hemos escuchado o tal vez realizado en la “noche de galerías” o, por qué no, “Bogotá, arte circuitos”. Sin embargo, esta vez la propuesta puede tomar otro rumbo.
Al vincular estos remotos puntos o talleres de artistas con todo el andamiaje, infraestructura y publicidad que puedan ofrecer establecimientos formales, como los son las galerías y los realizados por la Cámara de Comercio de Bogotá (Artbo), las opciones y propuestas que se presentarán serán de manera diversa y el público seguramente tendrá una mirada diferente. Aquella que sólo puede ofrecer un espacio que no tiene como gran fin la rentabilización monetaria o la puesta en escena de obras artísticas. Tal vez usted pueda encontrar en estos espacios propuestas que varían: desde la obra formal, el intercambio de objetos artísticos, conciertos de música, cuadernos de bocetos, los playlists de los artistas o DJ invitados, ventas de obras a bajísimo precio y de buena calidad o simplemente una exposición temática curada por los mismos dolientes del espacio.
Es por esta razón que si usted se encuentra rodando por las redes sociales o se topa con algún volante con alguna de estas invitaciones que generalmente se realizan en fechas específicas los días sábados en la tarde, no le haga el quite tan de frente y dese la oportunidad de visitar alguno de estos lugares. Actualmente encontrará espacios que se ubican desde el tradicional centro de Bogotá hasta la zona de Teusaquillo o también en lugares más recientes que comienzan a consolidarse con favorables proyecciones, como los ubicados en la zona de Chapinero Bajo, lugar que erróneamente recordamos como zona de tolerancia y actividades poco lícitas, pero donde todo puede ser bueno, bonito y barato.