Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El ahijado (Cuentos de sábado en la tarde)

Una sencilla provincia de intenso color político vio nacer al ahijado; a partir de allí el desarrollo de su vida fue una emulación siciliana sin la majestad narrativa de Mario Puzo.

Elkin Horacio Jurado Beltrán

12 de octubre de 2019 - 02:05 p. m.
Marlon Brando en su papel de Vito Corleone, en "El Padrino". / Cortesía
PUBLICIDAD

Con corta edad llegó a la capital de la provincia, seguramente con los mismos temores y recelos que el pequeño Vito, e ignoramos si con las mismas angustias; probablemente el frío trato inicial que recibió de los pequeños citadinos marcaría su futura indiferencia ante las necesidades humanas; aunque mucho dista cualquier ciudad colombiana actual de una Nueva York abierta al siglo XX y las inmigraciones, sí eran coincidentes en las condiciones adversas que los demás imponían a los advenedizos, las cuales marcaron en él ese afán de figuración.

Si está interesado en leer otro relato de Cuentos de sábado en la tarde, ingrese acá: Cuentos de sábado en la tarde: "La ventana"

No faltó entonces su Peter Clemenza que lo inmiscuyera en la forma rastrera de “hacer negocios”; seguidamente no faltó la oportunidad de conocer a quien sería su Padrino, ese personaje versado y toreado en las lides propias de este tipo de “negocios”; denominado también cacique, conocedor a cual más del detalle de los intríngulis de la actividad, sabía como pocos de que forma se compraba, influía o coaccionaba al “cliente”.

Con el criterio de fidelidad y lealtad de un pacto de sangre, el Padrino armó el esqueleto de su “familia”, mafia, banda o como eufemísticamente se llamaban: La organización; disponía el Padrino de la compartimentación de la información, medida necesaria para asegurarse que solo él y su círculo más cercano conocieran los detalles. La organización incluía todos los cuadros requeridos para soportar una estructura piramidal, estando él Padrino en el vértice superior; a pesar del pacto de sangre, sus lugartenientes profesaban una lealtad relativa y vigente solo por las temporadas de “negocios”; solo si la repartija del “botín de guerra” obtenido en la temporada de “negocios” suplía las aspiraciones personales de los miembros de la organización, la fidelidad era eterna hasta la siguiente temporada; una condiciones de esta índole no eran óbice para que por “negocios” se tuviese que eliminar al adversario, sacrificar alguien de la organización, o traicionar los acuerdos con otros Padrinos; estas decisiones no se tomaban por razones personales, pues podrían tomarse en contra de un hermano, del más fiel escudero o del amigo entrañable, se ejecutaban por “negocios”, necesarios para la subsistencia de la organización.

Read more!

Si desea leer otro relato de esta sección, ingrese acá: Hace unos minutos (Cuentos de sábado en la tarde)

El ahijado, extasiado ante el poder y motivado por su ego, trazó el camino para ascender dentro de la pirámide de la organización; el conocimiento perfecto de la estructura le permitía saber a quién, cuándo, cómo, y donde traicionar; como acertar el disparo preciso sin dejar huella y sin indicio alguno del nauseabundo olor del delito; por el contrario, con la acción realizada se revestía y engalanaba a si mismo de los laureles reservados solo para los talentos aplicados; este coctel de intuición, sagacidad y zalamería le fue granjeando un lugar en la organización; se hizo visible para los “clientes”, las otras mafias y por supuesto para el Padrino. En esta organización la coherencia de ideas frente a los “clientes” no era necesaria; y en eso como en tantas otras calañas el ahijado emuló al Padrino demostrando con creces el perfecto acomodo a los vientos favorables, que les permitiera seguir sosteniendo y creciendo en los “clientes” de la organización.

Read more!

Como muchos son los llamados pero pocos los elegidos, el momento coyuntural, la oportunidad por fin le llegó al ahijado; como lugarteniente ya probado por el Padrino, ahora debía cumplir con una importante misión superior a las previamente realizadas para la organización; debía servir de fiel y ciego ejecutor de las instrucciones del Padrino, para ello sería ubicado como consecuencia de la siguiente temporada de “negocios”, en un cargo importante para la organización; un cargo con un gran “botín de guerra” al que solo los miembros más cercanos del Padrino podrían acceder, cargo en el que el jefe mismo se había iniciado en lejanos tiempos, y en el cual comenzó a afianzar su poder; depositada la confianza en él ahijado, solo le restaba ser un maquiavélico ejecutor de las prácticas ya conocidas, los raudales de dinero de la organización no fueron escatimados para alcanzar el objetivo trazado. La consecuencia lógica ante una “clientela” apática fue contundente, el ahijado se alzaba con su cuota de poder derivada y soportada en la organización del Padrino, obviamente todo se mostraba disfrazado de un logro personal del ahijado.

Solo quien prueba el poder conocerá la embriaguez que produce; solo quien lo bebe se deleitará en el placer de detentarlo; y el ahijado se engolosinó con el poder, por ello consecuente con la trama de Puzo: Don Fanucci debía ser eliminado. Fiel a sus dinámicos principios, maquinó y analizó el paso siguiente; de manera subrepticia, sin testigos, pero a la luz pública se apoderó de la cabeza de la organización; relevó al Don, no sería más ahijado, se convertiría él mismo en el Padrino. El ritual del besamanos se realizó con los respetos dinerarios que cada integrante de la organización comenzó a entregarle al nuevo Don. El hoy Padrino controla férreamente su organización sabe a cual más que muchos lugartenientes, esperan la oportunidad de ascender por cualquier medio en su organización mafiosa, en la que como todas las de su estilo, el fin es el poder con todas las concomitancias que este trae, entre ellas el dinero.

Nota: si el lector quiere cambiar el sentido del cuento, realice los siguientes ajustes en la significación de estas palabras: Negocios = Elecciones, Clientes = Votantes y Botín de Guerra = Cargos Públicos.

No ad for you

Por Elkin Horacio Jurado Beltrán

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.