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Apenas habían pasado tres días del fallido golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil Española, cuando las iglesias de una ciudad como Girona, al centro de Cataluña, ya habían sido saqueadas y quemadas. El estallido provino del sur con las tropas militares españolas que se alzaron desde África, lideradas por Francisco Franco, en contra de las reformas propuestas por el gobierno de la Segunda República, al que se oponían los sectores conservadores. El 20 de julio de 1936, aquel estallido ya había copado todo el país.
Joaquim Folch i Torres (1886-1963) era el director del entonces Museo de Arte de Cataluña (hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña), que fundó en 1934 y en donde custodiaba desde obras de arte románico hasta frescos de Picasso y otras piezas contemporáneas. Pero en el 36 el Museo no había completado aún toda su proyección.