
La CIA convirtió al expresionismo abstracto en un arma cultural durante la Guerra Fría, usando el arte moderno como propaganda encubierta.
Foto: El Espectador
Mientras que el color y la espontaneidad iban conformando en Nueva York el expresionismo abstracto tras la Segunda Guerra Mundial, algunos de sus exponentes como Jackson Pollock, Willem de Kooning y Mark Rothko comenzaron a ganar notoriedad en medio de fuertes críticas. Los años 50 fueron un momento de bonanza para estos y otros treinta artistas, cuyas obras recorrieron el mundo. Sin embargo, esta nueva fama del arte moderno estadounidense no se debió a un cambio de opinión repentino o genuino de las audiencias, sino a una operación...

Por Andrea Jaramillo Caro
Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com
Conoce más