El Canal de Suez, la epopeya industrial que marcó el destino de Egipto

El Canal de Suez, soñado por los faraones hace ya más de 4.000 años, ha pasado de ser un símbolo de la dominación de las potencias europeas a convertirse en el mayor emblema de la liberación de Egipto, como recuerda ahora una exposición en París.

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María D. Valderrama (EFE)
27 de marzo de 2018 - 04:12 p. m.
Imagen de la inauguración del Canal de Suez, que fue soñado por los faraones desde 4.000 años atrás.   / Cortesía
Imagen de la inauguración del Canal de Suez, que fue soñado por los faraones desde 4.000 años atrás. / Cortesía
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"El canal siempre ha sido algo ambiguo para los egipcios. Aunque fue un dirigente egipcio quien lanzó el gran proyecto a mediados del siglo XIX, muchos vieron en él la razón del sometimiento de Egipto a la dominación británica, el impedimento de su libertad", declaró el comisario de la exhibición en el Instituto del Mundo Árabe de París, Gilles Gauthier.

Durante siglos marginado por el imponente recorrido del río Nilo, en cuyo valle se fue construyendo el país, el canal existía ya en tiempos del faraón Sesostris II, 18 siglos antes de nuestra era, que vinculó el Nilo al mar Rojo en una obra primitiva y a menudo cubierta de arena que quedó inservible durante un milenio.

La exposición empieza con la inauguración del canal en 1869 ante los principales soberanos europeos en imágenes de la época, y continúa con un paseo por la antigüedad, donde barcas prestadas por el Museo Egipcio de Turín (Italia) y antiguas inscripciones procedentes del Louvre de París atestiguan la milenaria voluntad estratégica de un cauce.

"Antes, el transporte se hacía con asnos que podían transportar 100 kilos, y una barca egipcia, 30 toneladas. Era evidente que era más rentable transportar las mercancías así. Hoy pasan navíos con 300.000 toneladas gracias a la ampliación realizada en 2015", explicó a la prensa el otro comisario, Claude Mollard.

En la presentación de la muestra, que abrirá sus puertas del 28 de marzo al 5 de agosto, Mollard trazó "la historia del mundo del desarrollo explicada en intercambios marítimos", donde las revoluciones tecnológicas se entremezclan con el contexto político "de uno de los países más poderosos del mundo árabe".

En el siglo XIX, los franceses se ocupaban de la gestión de la obra mientras los británicos la controlaban militarmente. Durante décadas, para los egipcios aquel punto fue "un enclave" del imperialismo, mitificado por los europeos pero visto por los locales como una territorio extranjero, con un modo de vida propio y un cosmopolitismo muy diferente al de El Cairo o Alejandría.

Las aspiraciones independentistas de los egipcios fueron a más tras la Primera Guerra Mundial y culminaron en 1936 con el Tratado de Londres, cuando el país se emancipó sin lograr el control de Suez, que quedaría en manos de los británicos por otros veinte años.

La historia del canal y del propio Egipto cambió el 26 de julio de 1956, cuando Gamal Abdel Naser proclamó la nacionalización del gigante industrial, motivo de orgullo para sus ciudadanos y el origen de una serie de conflictos que convirtieron el lugar en un escenario de guerra en tres ocasiones: 1956, 1967 y 1973.

Las ambiciones estratégicas de Israel, Francia y Reino Unido culminarían con el simbólico fin del imperialismo europeo y la reapertura del canal en 1973, por un lado, y, por otro, con los acuerdos de paz egipcio-israelí en 1979.

"Si el papel de Naser fue contestado por mucha gente y cada vez lo es más, ya que muchos ven en él el comienzo de un Egipto no democrático, Nasser es considerado también como un liberador. Pero algo es cierto: todos los egipcios han querido a Naser al menos un día, el 26 julio de 1956", señaló Gauthier.

A partir de ahí, las ampliaciones y reformas del Canal de Suez han hecho de él una de las principales fuentes de ingresos para Egipto, que en 2015 se lanzó a una ampliación de la obra que ocupa ahora 193 kilómetros.

Fue durante la inauguración de esta transformación cuando el entonces presidente francés, François Hollande, propuso al Instituto hacer un repaso de la historia de esta vía acuática que ha conseguido incluso transformar la geografía del país, que mira ahora más allá del Nilo y sigue orientando su futuro hacia esta milenaria orill

Por María D. Valderrama (EFE)

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