“El cuerpo no es el enemigo”, una apuesta desde el baile para dejar de concebir al otro como amenaza

La Factoría L’Explose se ha consolidado como un espacio de reflexión alrededor de la danza y el movimiento. Como un homenaje al cuerpo propio y ajeno, y como una estrategia para acercar a las personas en tiempos en los que prima el distanciamiento social y el miedo hacia el otro, la sala especializada en danza tiene en temporada el ciclo El Cuerpo No es el Enemigo. Las obras que hacen parte de esta propuesta artística son un tributo al cuerpo como acto de resistencia frente al distanciamiento social.

Le sugerimos leer Una aproximación a la idea del amor desde Soren Kierkegaard y Octavio Paz

“Para este ciclo le hemos pedido a distintos artistas que reflexionen sobre el concepto que el cuerpo no es el enemigo, como acto de resistencia frente a una realidad que nos incita a temer al otro. Queremos rendir un homenaje al cuerpo, propio y ajeno, así como a la posibilidad de volver a acercarnos”, afirma Juliana Reyes, directora de L’explose Danza. Por esta razón es que las obras que hacen parte del ciclo El Cuerpo No es el Enemigo tienen como punto de partida el respeto a la diferencia de los cuerpos y la diversidad en las formas de expresión.

Explorar la diferencia, crear, y expresarse desde las posibilidades particulares de cada cuerpo, más no adaptarse a un modelo, son las premisas de Arquetipo, una puesta en escena que tiene como artistas a niños con síndrome de down. Siguiendo esta línea de creación, la compañía ConCuerpos, pionera en Colombia en danza inclusiva, presenta 2/3 y Un Baño, una obra que expone situaciones inspiradas en experiencias individuales y grupales a las que se ha enfrentado la compañía, tales como los retos de accesibilidad que generan una necesidad de asistencia y una ruptura de la intimidad.

Por su parte, Pasos nace de un proceso creativo en la Sierra Nevada de Santa Marta, gestado desde el 2018. Las “cosas” que aparecen en el video son percibidas como espacios de conocimiento o cápsulas contenedoras de posibles futuros que suscitan otras formas de percibir, habitar y escuchar el mundo. En cuanto a Misivas Entre Dos Cuerpos, la bailarina y coreógrafa Natalia Orozco, junto a Paola Escobar, presenta un gesto audiovisual danzado y configurado desde la forma epistolar en la que dos personas vuelven a encontrarse luego de una década de desconexión.

Enemies o Lo Que No Quiere Vivir, Hay Que Matarlo es una pieza construida a partir de la memoria colectiva, en un intento por recordar y redescubrir. En cuanto a 147 abrazos y ¿Hasta dónde?, dúos con los que se cierra el ciclo, Sharon Fridman reflexiona alrededor del amor y las relaciones, así como de la manipulación física entre dos cuerpos. Este encuentro solo es posible gracias al apoyo y la confianza que hay entre uno y otro.

Todas las obras mencionadas están disponibles de forma digital hasta el 28 de octubre.

La Factoría L’Explose se ha consolidado como un espacio de reflexión alrededor de la danza y el movimiento. Como un homenaje al cuerpo propio y ajeno, y como una estrategia para acercar a las personas en tiempos en los que prima el distanciamiento social y el miedo hacia el otro, la sala especializada en danza tiene en temporada el ciclo El Cuerpo No es el Enemigo. Las obras que hacen parte de esta propuesta artística son un tributo al cuerpo como acto de resistencia frente al distanciamiento social.

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“Para este ciclo le hemos pedido a distintos artistas que reflexionen sobre el concepto que el cuerpo no es el enemigo, como acto de resistencia frente a una realidad que nos incita a temer al otro. Queremos rendir un homenaje al cuerpo, propio y ajeno, así como a la posibilidad de volver a acercarnos”, afirma Juliana Reyes, directora de L’explose Danza. Por esta razón es que las obras que hacen parte del ciclo El Cuerpo No es el Enemigo tienen como punto de partida el respeto a la diferencia de los cuerpos y la diversidad en las formas de expresión.

Explorar la diferencia, crear, y expresarse desde las posibilidades particulares de cada cuerpo, más no adaptarse a un modelo, son las premisas de Arquetipo, una puesta en escena que tiene como artistas a niños con síndrome de down. Siguiendo esta línea de creación, la compañía ConCuerpos, pionera en Colombia en danza inclusiva, presenta 2/3 y Un Baño, una obra que expone situaciones inspiradas en experiencias individuales y grupales a las que se ha enfrentado la compañía, tales como los retos de accesibilidad que generan una necesidad de asistencia y una ruptura de la intimidad.

Por su parte, Pasos nace de un proceso creativo en la Sierra Nevada de Santa Marta, gestado desde el 2018. Las “cosas” que aparecen en el video son percibidas como espacios de conocimiento o cápsulas contenedoras de posibles futuros que suscitan otras formas de percibir, habitar y escuchar el mundo. En cuanto a Misivas Entre Dos Cuerpos, la bailarina y coreógrafa Natalia Orozco, junto a Paola Escobar, presenta un gesto audiovisual danzado y configurado desde la forma epistolar en la que dos personas vuelven a encontrarse luego de una década de desconexión.

Enemies o Lo Que No Quiere Vivir, Hay Que Matarlo es una pieza construida a partir de la memoria colectiva, en un intento por recordar y redescubrir. En cuanto a 147 abrazos y ¿Hasta dónde?, dúos con los que se cierra el ciclo, Sharon Fridman reflexiona alrededor del amor y las relaciones, así como de la manipulación física entre dos cuerpos. Este encuentro solo es posible gracias al apoyo y la confianza que hay entre uno y otro.

Todas las obras mencionadas están disponibles de forma digital hasta el 28 de octubre.