El homenaje a la Comunidad LGBTI en Jojo Rabbit
En la escena que se muestra a continuación el Capitán Klenzendorf (Sam Rockwell) y Finkel (Alfie Allen) visten en sus trajes un triángulo rosado que evoca a la Comunidad LGBTI que fue perseguida en la época. ¿Cuál es la historia?
Andrés Osorio Guillott
Los prisioneros de los campos de concentración eran identificados por colores que eran atribuidos a estrellas en un principio para los judíos y en triángulos tiempo después para todos los grupos que existían en los territorios controlados por los nazis.
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Los prisioneros de los campos de concentración eran identificados por colores que eran atribuidos a estrellas en un principio para los judíos y en triángulos tiempo después para todos los grupos que existían en los territorios controlados por los nazis.
La causa de tejer en cada uniforme un triángulo de un respectivo color se asociaba a los antecedentes y causas por las que cada prisionero llegaba al campo de concentración. Si bien en cada zona podían aplicarse diferentes colores, la norma general decía que los criminales llevaban un triángulo de color verde; prisioneros políticos con un triángulo rojo; los prisioneros políticos judíos llevaban un triángulo amarillo debajo de uno rojo; a los testigos de Jehová con un triángulo de color púrpura; a los asociales, entendidos como rebeldes, vagabundos o dementes, con un color negro o marrón; y a los homosexuales con triángulos rosas.
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En la imagen de este artículo, el capitán Klenzendorf (Sam Rockwell) y Finkel (Alfie Allen) visten en sus trajes un triángulo rosado. A lo largo del film los dos personajes permanecen unidos, inclusive en dos ocasiones están tan cercanos que el espectador ya puede sospechar que es una relación diferente. Estos triángulos rosados que llevan en los trajes para defender “su patria” son justamente una apología a la estigmatización de la comunidad LGBTI durante y después de la segunda guerra mundial.
Para el Tercer Reich la presencia de homosexuales representaba una amenaza para la consolidación de la raza aria, de la sangre alemana. Sus preceptos, que pueden provenir de la religión y del modelo hegemónico de familia conformado por papá, mamá e hijos, atravesaban cualquier rasgo de identidad que pudiera afectar el ideal de supremacía que pretendía Hitler y su gobierno para adueñarse de Europa.
El párrafo 175, que se estableció en toda Alemania, en Francia y Austria, declara que cualquier persona puede ser arrestada y procesada por sus conductas o tendencias homosexuales. De manera que todo partía del criterio del ejército nazi, lo que dio paso a otra forma de arbitrariedad y autoritarismo. Ahora, la persecución se dio más que todo a los hombres homosexuales, a las mujeres lesbianas no las mantenían al margen. ¿Por qué a los hombres sí? Porque su imagen y comportamiento alteraba una de las características esenciales de los totalitarismos: la fuerza viril para representar el poderío de los ejércitos y del Estado en general.
La homosexualidad incluso llegó a verse como una especie de enfermedad que podía ser curada. Castraciones, tratos severos, experimentos hormonales y demás alteraciones y violaciones a los cuerpos de los homosexuales fueron estrategias que algunos implementaron para buscar la “cura” y la rectitud de estos hombres que fueron prisioneros incluso después de haberse terminado la segunda guerra mundial.
Bares clausurados, retenes para identificar a personas homosexuales, jornadas de quema de libros de autores reconocidos por su homosexualidad y demás acciones en contra de esta población siguieron realizándose en esta parte de Europa por unos años más. Más de cien mil hombres y mujeres de esta comunidad fueron víctimas de capturas, torturas y violaciones a sus derechos humanos durante el régimen Nazi. Se cuenta que un alto porcentaje de los homosexuales presos en campos de concentración continuaron encerrados hasta la década de 1970 por no ser reconocidos en el ámbito social y ser casi que desterrados de todo espacio público por representar una amenaza a la raza aria.
El triángulo rosa con el que fueron estigmatizados e identificados los homosexuales en campos de concentración se convirtió en el símbolo de la primera organización de derechos gay en Alemania y, años después, en uno de los íconos de grupos activistas que quisieron reivindicar los derechos de los homosexuales en la crisis y paranoia que se formó alrededor del Sida.
La resignificación del triángulo rosa invertido no fue solamente una manera de empoderar la identidad de quienes se reconocían como homosexuales, también fue un símbolo de memoria y un homenaje a las víctimas de la comunidad LGBTI que fueron perseguidas y torturadas durante la Segunda Guerra Mundial por “amenazar” la preservación y porvenir de la raza dominante, además de haber sido invisibilizados, censurados y olvidados por no representar el concepto conservador de la familia.