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"El libro de las mentiras", una novela de personajes elásticos

"El libro de las mentiras", la nueva novela del escritor argentino Gastón García Marinozzi, es una obra de personajes elásticos, en la cual un hombre bueno es capaz de asesinar y un criminal de amar la música, los perros y las flores.

Gustavo Borges (EFE)
21 de agosto de 2018 - 02:37 p. m.
Gastón García Marinozzi presentó su más reciente novela en Buenos Aires, El libro de las mentiras.  / Cortesía
Gastón García Marinozzi presentó su más reciente novela en Buenos Aires, El libro de las mentiras. / Cortesía

"No quería que los malos fueran tan malos ni los buenos demasiado buenos. El más humano de la historia acaba disparando en todos los sentidos, a pesar de sus emociones transparentes, casi todas vitales y positivas", dice García Marinozzi en entrevista con Efe.

La obra, publicada por el sello Alfaguara, cuenta la historia de Mike, un joven artista plástico de mala salud que vive un romance con Mía, una estudiante con la fuerza que solo pueden tener las mujeres. Sueñan con cambiar el mundo y con ajustar cuentas a los asesinos protegidos de la dictadura argentina, entre quienes está Eugenio.

Durante 264 páginas, García Marinozzi explota el lado humano de los habitantes de su novela, manejados con un toque de sicología, como en los casos de Mike y Eugenio, quienes padecen cáncer de garganta porque ambos se callan lo que deben decir.

"El cáncer es por sus silencios, son tipos que tienen mucha verdad y no la dicen. En el caso de Mía, su amor es como el de La Maga de Cortázar en 'Rayuela', pero a diferencia de ella, Mía no es dispersa y su fuerza es impresionante. Se enamoran igual que como se enamora uno a los 20 años", explica.

García Marinozzi, quien escribe cuentos y suma alrededor de dos décadas en el periodismo, vivió en Barcelona y lleva 10 años en México, lo cual le ha permitido ver a su Argentina desde una perspectiva diferente. Con la cercanía que da la distancia, ha podido contar mejor los olores de Buenos Aires, las intimidades de la gente y el ambiente de las calles.

"La perspectiva que da la lejanía a mí me facilita el trabajo", dice el escritor de 44 años, que debutó hace un par de años como novelista con "Viaje al fin de la memoria", recomendada por el escritor Martín Caparrós como una novela de viaje insertada en la mejor tradición latinoamericana.

"El libro de las mentiras" está dividido en pequeños capítulos en los cuales suceden muchas historias dentro de la historia. Con una prosa limpia el escritor toca temas como el amor, el romanticismo de los jóvenes, la migración, el miedo y la solidaridad.

"La novela me llevó más o menos dos años de trabajo. Puede haber momentos de inspiración como tiene el arte pero en mi caso dudo que me visite la genialidad y me dedicó a trabajar. Me levanto temprano, antes de que empiece la vida cotidiana de la casa, en un momento de oscuridad y soledad, y así escribo mejor", relata.

García Marinozzi es un obsesionado con sus personajes. Los reúne en una libreta y como en los interrogatorios policiales los retrata de cuerpo entero, a veces con detalles que no usa en su escritura pero le gusta conocer.

"Necesito saber en qué mundo vive el personaje, qué le preocupa, cómo se gana el dinero, cómo lo gasta, qué música escucha. Escribo sobre ellos en una libreta y así los voy entendiendo. Si un tipo se despierta y pone música en inglés o español, a partir de ahí veo qué clase de persona puede llegar a ser", argumenta.

Admirador de Lionel Messi y del escritor Roberto Bolaño, cuyos actos de belleza en el fútbol y la literatura, respectivamente, conoció cuando vivió en Barcelona, García Marinozzi, reconoce ser riguroso consigo mismo a la hora de producir, pero es un hombre con matices, creyente del rigor de la amabilidad.

Un hombre con matices, como Mike, Mía, Eugenio y Rodrigo, los personajes elásticos de su nueva novela, que tienen rasgos a la vez de héroes y malvados, como el caso de un asesino rendido ante la gracia inocente de los colibríes.

"Escribo para responder preguntas que mantiene uno como ciudadano, como pareja, como padre, como hijo. Pienso en ese tipo de cosas que te cuestionas día a día y si tienes la posibilidad de escribirlas es un regalo", dice, y confirma que en la literatura, como en la vida, los personajes pueden ser elásticos. 

Por Gustavo Borges (EFE)

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