
Retrato de Fiódor Dostoyevski (que nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821 y murió en San Petersburgo el 9 de febrero de 1881), obra de Vasili Perov.
Foto: Archivo
Cualquier persona se hubiera arriesgado a decir que Alexei Dimitrovich iba a morir esa noche. Su cuerpo, impávido y palidecido por el frío de la madrugada, se contorsionaba entre temblores y estertores que estremecían incluso al más valiente de los edecanes imperiales que allí le veían en la podredumbre. Pero Alexei Dimitrovich no era mísero, ni su condición le reducía al más oscuro de los lugares del hombre. Era un escritor, y también le consideraban un santo. Tan importante cómo el mismo zar Nicolás y los mártires de las gestas cristianas...
Por Alejandro Chala - @Alekolomonosov
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