El Magazín Cultural

El poema con el que Elvira Sastre estremeció al auditorio del Congreso de la lengua en Córdoba

La poeta española, Elvira Sastre, al finalizar el encuentro en el que participó dentro del marco del VIII Congreso de la lengua en Córdoba, Argentina, leyó un poema que desató los aplausos de todo el auditorio por varios minutos.

* Redacción Cultura
31 de marzo de 2019 - 08:26 p. m.
Elvira Sastre durante su intervención en el Congreso de la lengua.  / Gobierno de Córdoba.
Elvira Sastre durante su intervención en el Congreso de la lengua. / Gobierno de Córdoba.

La charla, en la que compartió micrófono con figuras como Carlos Schilling, Joaquín Sabina o José Mármol, se finalizó con las letras de Sastre, que leyó su poema dedicado a la lucha de las mujeres.

Elvira Sastre es poeta y traductora literaria. Los hijos de Bob Dylan, de Gordon E. McNeer fue la primera obra que tradujo y es autoría de la antología de poemas Ya nadie baila sola.

 

Miradnos.

Somos la luz de nuestra propia sombra,

el reflejo de la carne que nos ha acompañado,

la fuerza que impulsa a las olas más minúsculas.

Somos el azar de lo oportuno,

la paz que termina con las guerras ajenas,

dos rodillas arañadas que resisten con valentía.

Miradnos.

Decidimos cambiar la dirección del puño

porque nosotras no nos defendemos:

nosotras luchamos.

Miradnos.

Somos, también, dolor,

somos miedo,

somos un tropiezo fruto de la zancadilla de otro

que pretende marcar un camino que no existe.

Somos, también, una espalda torcida,

una mirada maltratada, una piel obligada,

pero la misma mano que alzamos

abre todas las puertas,

la misma boca con la que negamos

hace que el mundo avance,

y somos las únicas capaces de enseñar

a un pájaro a volar.

Miradnos.

Somos música,

inabarcables, invencibles, incontenibles, inhabitables,

luz en un lugar que aún no es capaz de

abarcarnos, vencernos, contenernos, habitarnos,

porque la belleza siempre cegó los ojos

de aquel que no sabía mirar.

Nuestro animal es una bestia indomable

que dormía tranquila hasta que decidisteis

abrirle los ojos con vuestros palos,

con vuestros insultos, con este desprecio

que, oídnos:

no aceptamos.

Miradnos.

Porque yo lo he visto en nuestros ojos,

lo he visto cuando nos reconocemos humanas

en esta selva que no siempre nos comprende

pero que hemos conquistado.

He visto en nosotras

la armonía de la vida y de la muerte,

la quietud del cielo y del suelo,

la unión del comienzo y del fin,

el fuego de la nieve y la madera,

la libertad del sí y el no,

el valor de quien llega y quien se va,

el don de quien puede y lo consigue.

Miradnos,

y nunca olvidéis que el universo y la luz

salen de nuestras piernas.

Porque un mundo sin mujeres

no es más que un mundo vacío y a oscuras.

Y nosotras

estamos aquí

para despertaros

y encender la mecha.

Por * Redacción Cultura

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