
"Más que amores, Nietzsche realmente había decidido dedicarse durante los siguientes diez años al estudio de las ciencias naturales".
Foto: Archivo Particular
Entre viajes, cartas, propuestas, ilusiones, desencuentros y rumores, y por supuesto, textos y más textos, Friedrich Nietzsche le pidió a Lou Salomé en junio de 1882 que se encontraran en Berlín, o más que pedírselo, le informó que él iría, que estaría a las 11.40 en la estación de Anhalt, y le aclaró que iba de paso, camino hacia Grunewald. Había decidido acompañarla a Bayreuth, muy a pesar de que Beyreuth era sinónimo de Richard Wagner, y de que Wagner se había convertido con el paso de los días en el más pesado de sus odiados fantasmas. No...

Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.fernando.araujo.velez@gmail.com

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