El regreso de Ambulante

¿Qué significa un festival de cine? ¿Qué significa un festival de cine documental? ¿Para qué sirve un documental? Estas preguntas se las hizo hace tres años un grupo de siete amigos que querían replicar en Colombia la idea de Gael García y Diego Luna en México. Ambulante, la gira documental más grande realizada en el país azteca, sería para Colombia el escenario perfecto para la discusión y el diálogo en torno al papel del cine en una sociedad que, como la nuestra, aún sigue descubriendo la forma de contarse.

Camilo Corredor, Juan Camilo Cruz, Camilo Pachón, Camila Gutiérrez, Valeria Serna, Juliana Rodríguez y Natalia Castro se pararon al borde del abismo y saltaron por la idea: la realización de un festival no comercial que llevara a las salas de cine, a las calles, a los museos y a los parques historias reales, épicas, construidas a partir del sufrimiento, del valor de gente que se atrevió a narrar la vida. A dejar que vieran su vida. El proceso, como era de esperarse, no fue nada fácil. Lo de siempre: el Estado apoya a medias, la empresa privada no se arriesga lo suficiente para meterles dinero a iniciativas que tengan que ver con las artes, y el público, para entonces, apenas entendía las dinámicas de los festivales.

Sin embargo, Ambulante se lanzó en Colombia en 2013 por lo alto: en el marco del Hay Festival, en Cartagena, con Gael García a bordo y cinco ciudades listas para el Festival: Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla.

Este año, para la cuarta edición, la gente de Ambulante se detuvo. Según Camila Gutiérrez, directora ejecutiva del Festival, este fue un año de introspección para Ambulante. Había que repensar cuál era su objetivo. “En Bogotá hay cada vez más festivales de cine. Eso nos alegra, porque el público adopta la cultura de ir a cine cada vez con mayor frecuencia, el problema de eso es que ahí es cuando uno tiene que identificar cómo nuestro festival es diferente”, cuenta Gutiérrez.

Durante lo que va del año, la organización se pensó a sí misma, se repasó, se destruyó. Volvieron a la esencia: “Ambulante no es un festival comercial ni competitivo. Nuestro principal objetivo es llevarles a las personas contenidos del más alto nivel y a los que ellos no tendrían fácil acceso”.

“Este ha sido un año de introspección para Ambulante. Después de tres años de trabajo y tras muchos logros y aprendizajes nos preguntamos nuevamente cuál es la misión de nuestra organización y cómo se inserta en ella la Gira de Documentales. De ahí surgió la idea de hacer un recorrido por los pueblos patrimonio. Con el objetivo de rescatar la esencia del festival, que busca compartir historias y acercar realidades a un público amplio sin acceso frecuente a este tipo de contenidos, surge la necesidad de volver a las raíces, de encontrar esos lugares en Colombia que nos hacen recordar de dónde venimos y contar allí esas historias”, explica Juan Camilo Cruz, fundador y director creativo de la Fundación.

Y este fue el gran cambio: el festival itinerante visitará una selección de más de 17 pueblos patrimonio de Colombia. Ese recorrido tendrá lugar entre el 12 de octubre y el 12 de diciembre de 2017. El recorrido está dividido en cuatro rutas que invitan a los colombianos a viajar con Ambulante desde las ciudades principales y a disfrutar de la experiencia de ver lo mejor del cine documental: la Ruta Santanderes visitará El Socorro, San Juan de Girón y Barichara, en Santander, y luego Playa de Belén y Villa del Rosario en Norte de Santander; la Ruta Centro pasará por Guaduas en Cundinamarca, Honda en Tolima, Monguí y Villa de Leyva en Boyacá y Guadalajara de Buga en el Valle del Cauca; La Ruta Caribe incluye Lorica en el departamento de Córdoba, San Basilio de Palenque y Mompox en Bolívar y Ciénaga en el Magdalena; finalmente, la Ruta Paisa comenzará por Aguadas y Salamina en Caldas y llega a Antioquia por Jericó, Jardín y termina en Santa Fe de Antioquia.

“Queremos que el cine sea un acto colectivo, que la gente lo use para discutir, compartir y dialogar. El gran logro de Ambulante es que cualquier persona que vaya a una de nuestras funciones se anime a contar la historia de su pueblo, de su gente. Necesitamos más relatos de este país”, asegura Gutiérrez.

¿Qué significa un festival de cine? ¿Qué significa un festival de cine documental? ¿Para qué sirve un documental? Estas preguntas se las hizo hace tres años un grupo de siete amigos que querían replicar en Colombia la idea de Gael García y Diego Luna en México. Ambulante, la gira documental más grande realizada en el país azteca, sería para Colombia el escenario perfecto para la discusión y el diálogo en torno al papel del cine en una sociedad que, como la nuestra, aún sigue descubriendo la forma de contarse.

Camilo Corredor, Juan Camilo Cruz, Camilo Pachón, Camila Gutiérrez, Valeria Serna, Juliana Rodríguez y Natalia Castro se pararon al borde del abismo y saltaron por la idea: la realización de un festival no comercial que llevara a las salas de cine, a las calles, a los museos y a los parques historias reales, épicas, construidas a partir del sufrimiento, del valor de gente que se atrevió a narrar la vida. A dejar que vieran su vida. El proceso, como era de esperarse, no fue nada fácil. Lo de siempre: el Estado apoya a medias, la empresa privada no se arriesga lo suficiente para meterles dinero a iniciativas que tengan que ver con las artes, y el público, para entonces, apenas entendía las dinámicas de los festivales.

Sin embargo, Ambulante se lanzó en Colombia en 2013 por lo alto: en el marco del Hay Festival, en Cartagena, con Gael García a bordo y cinco ciudades listas para el Festival: Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y Barranquilla.

Este año, para la cuarta edición, la gente de Ambulante se detuvo. Según Camila Gutiérrez, directora ejecutiva del Festival, este fue un año de introspección para Ambulante. Había que repensar cuál era su objetivo. “En Bogotá hay cada vez más festivales de cine. Eso nos alegra, porque el público adopta la cultura de ir a cine cada vez con mayor frecuencia, el problema de eso es que ahí es cuando uno tiene que identificar cómo nuestro festival es diferente”, cuenta Gutiérrez.

Durante lo que va del año, la organización se pensó a sí misma, se repasó, se destruyó. Volvieron a la esencia: “Ambulante no es un festival comercial ni competitivo. Nuestro principal objetivo es llevarles a las personas contenidos del más alto nivel y a los que ellos no tendrían fácil acceso”.

“Este ha sido un año de introspección para Ambulante. Después de tres años de trabajo y tras muchos logros y aprendizajes nos preguntamos nuevamente cuál es la misión de nuestra organización y cómo se inserta en ella la Gira de Documentales. De ahí surgió la idea de hacer un recorrido por los pueblos patrimonio. Con el objetivo de rescatar la esencia del festival, que busca compartir historias y acercar realidades a un público amplio sin acceso frecuente a este tipo de contenidos, surge la necesidad de volver a las raíces, de encontrar esos lugares en Colombia que nos hacen recordar de dónde venimos y contar allí esas historias”, explica Juan Camilo Cruz, fundador y director creativo de la Fundación.

Y este fue el gran cambio: el festival itinerante visitará una selección de más de 17 pueblos patrimonio de Colombia. Ese recorrido tendrá lugar entre el 12 de octubre y el 12 de diciembre de 2017. El recorrido está dividido en cuatro rutas que invitan a los colombianos a viajar con Ambulante desde las ciudades principales y a disfrutar de la experiencia de ver lo mejor del cine documental: la Ruta Santanderes visitará El Socorro, San Juan de Girón y Barichara, en Santander, y luego Playa de Belén y Villa del Rosario en Norte de Santander; la Ruta Centro pasará por Guaduas en Cundinamarca, Honda en Tolima, Monguí y Villa de Leyva en Boyacá y Guadalajara de Buga en el Valle del Cauca; La Ruta Caribe incluye Lorica en el departamento de Córdoba, San Basilio de Palenque y Mompox en Bolívar y Ciénaga en el Magdalena; finalmente, la Ruta Paisa comenzará por Aguadas y Salamina en Caldas y llega a Antioquia por Jericó, Jardín y termina en Santa Fe de Antioquia.

“Queremos que el cine sea un acto colectivo, que la gente lo use para discutir, compartir y dialogar. El gran logro de Ambulante es que cualquier persona que vaya a una de nuestras funciones se anime a contar la historia de su pueblo, de su gente. Necesitamos más relatos de este país”, asegura Gutiérrez.