“El beso”, de Francesco Hayez, exponente del romanticismo.
Foto: Wikimedia commons
En tiempos de sangrientas revoluciones, ejecuciones públicas, persecuciones, esperanzas y frustraciones, unos personajes de finales del siglo XVIII y otros de comienzos del XIX comenzaron a formar una infinita revolución introspectiva que transformó la manera de ser y entender la vida para siempre. Con los años, los académicos los llamaron “románticos”, pero no porque el movimiento fuera producto de algún tipo de amor, sino porque provenía de Roma, romano, y posteriormente, de los textos de caballería que se escribían en romance, una...
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.fernando.araujo.velez@gmail.com