El valor del arte objetual

Emiliano Valdés, actual jefe curador del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), es el curador de la sección “Proyectos” de ARTBO, segmento que se encarga de presentar proyectos artísticos que son apoyados por galerías y previamente seleccionados por el curador encargado de la sección.

La formalidad del arte y los procesos intuitivos provocados por obras de arte abstracto fortalecen la experiencia sensitiva y analítica del público. Así, la estética de las obras se basa en la percepción de materiales, colores y formas que componen la pieza artística y la posicionan dentro de los objetivos de la curaduría de la sección; es decir, resaltar el interés del arte contemporáneo por lo material y lo formal.

El paso de Valdés por las escuelas de arte de Europa y su experiencia en bienales en Corea del Sur, Guatemala y Nicaragua reflejan la mirada errante y abierta de un artista que ha sabido reconocer el comportamiento del arte en diversas partes del mundo, que ha marcado de una u otra forma la identidad del arte contemporáneo.

¿Qué lo sedujo o qué le interesó de trabajar con el MAMM y de ser uno de lo curadores de ARTBO?

Cuando codirigía Proyectos Ultravioleta, nos invitaron a participar en un intercambio de espacios artísticos con residencia como parte del MDE11. En esa ocasión pasé casi un mes en Medellín y vi que aunque el MAMM era un museo pequeño y en ese momento con una programación bastante local, me sorprendió que una ciudad como Medellín, que no es la capital del país, tuviera tan claro que los museos son una necesidad para la sociedad. Así que cuando María Mercedes González, directora del MAMM, me invitó a participar en un proceso de selección de cara a los cambios que estaba atravesando el Museo y, particularmente, su expansión, me pareció que era un reto y una oportunidad muy emocionante. En cuanto a ARTBO, me parece que es muy interesante lo que han logrado no solo en términos de mercado, sino de movilización del ámbito artístico colombiano y la visita de muchos profesionales del arte al país. Cada contexto es una oportunidad para desarrollar ideas distintas: lo que funciona para la programación del MAMM no es lo mismo que funcionaría en una feria y, personalmente, me pareció que era la oportunidad de mostrar en Colombia artistas que me interesan y trabajar con un tipo de producción que no es lo que haría en el MAMM, así que también es una oportunidad de hacer cosas distintas.

¿Cómo fue el proceso de selección de los 14 proyectos participantes en la sección de “Proyectos”? ¿Qué destaca de las obras y qué nos dicen estas sobre nuestros pensamientos y nuestra manera de observar el mundo?

Hay un tipo de producción artística en el que lo intuitivo, el oficio y lo material son muy importantes. Era este el aspecto que me interesaba resaltar, porque si bien creo que vivimos en un momento en el que el pensamiento es un componente imprescindible del arte (el “concepto”, si se quiere), también creo que en algunos casos se abusa de ese aspecto del arte y se dejan de lado otros como la forma, el proceso y la práctica. Me interesaba investigar prácticas que, de alguna manera, viven no por fuera sino al margen de lo conceptual y, particularmente, trabajos que sirvieran no de sustitutos de pensamientos en el sentido del arte conceptual sino de otro tipo de procesos mentales; unos que no necesariamente se pueden describir racionalmente (sentimientos, ideas abstractas, intuiciones). Por último, me interesaban prácticas eminentemente matéricas u objetuales, donde los objetos o procesos artísticos prestaran atención a la manera en la que esos pensamientos se convierte en forma, en la manera en la que una idea, sentimiento o intuición se formaliza.

Los proyectos participantes provienen de América y Europa. ¿A qué se debe la ausencia de artistas y galerías de Asia o África?

La selección de artistas y proyectos para una feria está mediada por la disponibilidad de las galerías de asistir a dicha feria. Esto hace que sea más viable (o directamente posible) el incluir a artistas que, de alguna manera, tienen un vínculo comercial con el sitio en el que la feria se lleva a cabo. Concretamente en este caso, los artistas que están presentes lo hacen gracias al apoyo de sus galerías y para que estas puedan hacerlo tienen que ver a ARTBO como un proyecto potencialmente exitoso a escala comercial. Eso determina mucho de la selección en términos geográficos. O para ponerlo en otras palabras: sería muy difícil para una galería africana, por ejemplo, el presentar a una artista que, uno, es poco conocido en la región y por lo mismo con menos posibilidades de venta, y dos, representa una inversión grande porque los costos de traer a alguien de África son mucho más altos. En la curaduría para una feria el comportamiento del mercado es un aspecto que no se puede pasar por alto.

Emiliano Valdés, actual jefe curador del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), es el curador de la sección “Proyectos” de ARTBO, segmento que se encarga de presentar proyectos artísticos que son apoyados por galerías y previamente seleccionados por el curador encargado de la sección.

La formalidad del arte y los procesos intuitivos provocados por obras de arte abstracto fortalecen la experiencia sensitiva y analítica del público. Así, la estética de las obras se basa en la percepción de materiales, colores y formas que componen la pieza artística y la posicionan dentro de los objetivos de la curaduría de la sección; es decir, resaltar el interés del arte contemporáneo por lo material y lo formal.

El paso de Valdés por las escuelas de arte de Europa y su experiencia en bienales en Corea del Sur, Guatemala y Nicaragua reflejan la mirada errante y abierta de un artista que ha sabido reconocer el comportamiento del arte en diversas partes del mundo, que ha marcado de una u otra forma la identidad del arte contemporáneo.

¿Qué lo sedujo o qué le interesó de trabajar con el MAMM y de ser uno de lo curadores de ARTBO?

Cuando codirigía Proyectos Ultravioleta, nos invitaron a participar en un intercambio de espacios artísticos con residencia como parte del MDE11. En esa ocasión pasé casi un mes en Medellín y vi que aunque el MAMM era un museo pequeño y en ese momento con una programación bastante local, me sorprendió que una ciudad como Medellín, que no es la capital del país, tuviera tan claro que los museos son una necesidad para la sociedad. Así que cuando María Mercedes González, directora del MAMM, me invitó a participar en un proceso de selección de cara a los cambios que estaba atravesando el Museo y, particularmente, su expansión, me pareció que era un reto y una oportunidad muy emocionante. En cuanto a ARTBO, me parece que es muy interesante lo que han logrado no solo en términos de mercado, sino de movilización del ámbito artístico colombiano y la visita de muchos profesionales del arte al país. Cada contexto es una oportunidad para desarrollar ideas distintas: lo que funciona para la programación del MAMM no es lo mismo que funcionaría en una feria y, personalmente, me pareció que era la oportunidad de mostrar en Colombia artistas que me interesan y trabajar con un tipo de producción que no es lo que haría en el MAMM, así que también es una oportunidad de hacer cosas distintas.

¿Cómo fue el proceso de selección de los 14 proyectos participantes en la sección de “Proyectos”? ¿Qué destaca de las obras y qué nos dicen estas sobre nuestros pensamientos y nuestra manera de observar el mundo?

Hay un tipo de producción artística en el que lo intuitivo, el oficio y lo material son muy importantes. Era este el aspecto que me interesaba resaltar, porque si bien creo que vivimos en un momento en el que el pensamiento es un componente imprescindible del arte (el “concepto”, si se quiere), también creo que en algunos casos se abusa de ese aspecto del arte y se dejan de lado otros como la forma, el proceso y la práctica. Me interesaba investigar prácticas que, de alguna manera, viven no por fuera sino al margen de lo conceptual y, particularmente, trabajos que sirvieran no de sustitutos de pensamientos en el sentido del arte conceptual sino de otro tipo de procesos mentales; unos que no necesariamente se pueden describir racionalmente (sentimientos, ideas abstractas, intuiciones). Por último, me interesaban prácticas eminentemente matéricas u objetuales, donde los objetos o procesos artísticos prestaran atención a la manera en la que esos pensamientos se convierte en forma, en la manera en la que una idea, sentimiento o intuición se formaliza.

Los proyectos participantes provienen de América y Europa. ¿A qué se debe la ausencia de artistas y galerías de Asia o África?

La selección de artistas y proyectos para una feria está mediada por la disponibilidad de las galerías de asistir a dicha feria. Esto hace que sea más viable (o directamente posible) el incluir a artistas que, de alguna manera, tienen un vínculo comercial con el sitio en el que la feria se lleva a cabo. Concretamente en este caso, los artistas que están presentes lo hacen gracias al apoyo de sus galerías y para que estas puedan hacerlo tienen que ver a ARTBO como un proyecto potencialmente exitoso a escala comercial. Eso determina mucho de la selección en términos geográficos. O para ponerlo en otras palabras: sería muy difícil para una galería africana, por ejemplo, el presentar a una artista que, uno, es poco conocido en la región y por lo mismo con menos posibilidades de venta, y dos, representa una inversión grande porque los costos de traer a alguien de África son mucho más altos. En la curaduría para una feria el comportamiento del mercado es un aspecto que no se puede pasar por alto.