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El viaje de nuestros espejos en el mar (Letras de feria)

La historia sobre “El vuelo de las jorobadas” y su sello editorial, Lazo, que lanzará el sábado su segundo libro, “Llano”, en la Feria del Libro de Bogotá.

Daniela Cristancho
29 de abril de 2022 - 02:00 a. m.
Ilustración del libro "El vuelo de las jorobadas", de la editorial Lazo, hecha con acrílicos y lápiz de color.
Ilustración del libro "El vuelo de las jorobadas", de la editorial Lazo, hecha con acrílicos y lápiz de color.

Una aleta, dos aletas, tres aletas… cien. Cada aleta correspondía a una ballena diferente, por supuesto. O al menos así las contaba Pablo, de 10 años, cuando fue a conocerlas al golfo de Tribugá. Su encuentro con los gigantes del océano dejó en él y en su familia recuerdos indelebles, pero fue también el punto de origen de una serie de historias que hoy llegan a la Feria del Libro de Bogotá. La más evidente es El vuelo de las jorobadas, un libro informativo para niños que narra el viaje de las ballenas desde la Antártida hasta el Pacífico colombiano. Una obra cuyo desarrollo fue un viaje en sí mismo, uno que da cuenta del nacimiento de Lazo, el sello editorial fundado por Paula Guerra, la prima de Pablo.

La creación de esta editorial responde a un evidente amor por Colombia, la literatura infantil y los viajes, pero también a un vacío que Guerra encontró en el sector desde que era estudiante: “Cuando me empecé a interesar en el libro desde la producción, y no solamente como lectora, comencé a sentir cada vez más un vacío de un montón de historias. Con las que crecí trataban sobre otros países, que es válido, pero no había tantas historias de Colombia, sobre todo desde la no ficción”. Así, como proyecto de grado de la especialización de literatura infantil y juvenil, se imaginó Lazo, una editorial de libro informativo para resaltar y rescatar historias sobre su país. Y fue aquel viaje a las ensenadas de Arusí con su familia el que inspiró el primer libro del sello, una obra que con prosa e ilustraciones trata de evocar el sentimiento mágico de conocer a las ballenas.

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Pronto, Guerra encontró a quienes serían sus guías y maestras sobre los cetáceos: Lilián Flórez-González, directora de la Fundación Yubarta; Natalia Botero, directora de la Fundación Macuáticos Colombia, y la bióloga Susana Caballero. Se sentó en el escritorio de esta última en la Universidad de los Andes y preguntó sobre cada detalle de estos gigantes. Cuando estuvo satisfecha llamó a quienes esperaba serían los coautores del libro: la periodista Juliana Muñoz Toro y el ilustrador de libros infantiles conocido como Dipacho. Ambos aceptaron. “Lo que me interesó fue la relación con la infografía y los mapas. Por ser un libro informativo, daba muchas posibilidades de ilustración. Eran recursos que no había usado antes en mis libros, porque son más cercanos a la literatura”, cuenta Dipacho, quien pudo llenar las páginas del libro con diversos estilos: acuarelas, pasteles, acrílicos, técnicas digitales y lápices de color. Para él, ilustrar El vuelo de las jorobadas fue un viaje de exploración. Y Muñoz Toro hizo lo propio con las letras: utilizó herramientas que funcionan en la no ficción, como la metáfora, la descripción de escenas y la voz propia.

En marzo de 2021, seis meses después del lanzamiento del libro y de la editorial en medio de la pandemia, Muñoz Toro fue invitada a la Fiesta de la Lectura y la Escritura del Chocó y, así, el libro llegó a donde nació. “Ese ha sido uno de los momentos más maravillosos, pues los niños y las niñas saben de las jorobadas porque las han visto. Ellos se sentían identificados, protagonistas de esta historia”, cuenta la autora, quien ya había escrito otro libro con la misma temática llamado Mi hermana Juana y las ballenas del fin del mundo. “Mi afinidad por el tema tiene que ver con la fascinación por un animal tan grande y a la vez tan tranquilo. Ellas son inmigrantes marinas que buscan la paz a donde llegan. Sus cantos, sus acrobacias y su persistencia son actos que me hacen dar cuenta de la belleza del mundo”, asegura.

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A esto último se le suma Paula Guerra: “Creo que los humanos sí tenemos una conexión especial con las ballenas, que andan en familia y se cuidan”. Y el libro termina en consonancia con ello: “Aguas de brazos abiertos. Las jorobadas serán perseverantes para no perder sus raíces. Raíces que compartimos con ellas. Ellas son nuestro espejo en el mar”.

Daniela Cristancho

Por Daniela Cristancho

Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com

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