"Mis altares son producto del mestizaje, de esa amalgama que somos como colombianos, entre la educación cristiana que trajeron los españoles, con toda su imaginería religiosa y las raíces indígenas. Son la integración del Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María y otros símbolos como el Padre Sol y la Madre Luna. Un sincretismo en lo religioso y espiritual plasmados en un collage que exalta la diversidad y aliviana la convivencia”, afirmó Sánchez.
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