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¿Cómo fue la escritura de “La próxima vez”?
Esta canción la compusimos Natalia Bautista, que es la mánager de Flor de Lava, Laura Pérez, una cantautora espectacular, y yo. Estábamos hablando de cómo la mayoría de canciones de amor están dedicadas a las parejas, y queríamos hacer una canción de amor para las amigas. Ahora, dato curioso, la canción casi no entra al disco. Teníamos otras prioridades con las que ya habíamos compuesto, y esta, en su versión anterior, era muy pop. No sabíamos cómo articularla con el resto del álbum. En una segunda versión, junto a todo Flor de Lava, la llevamos hacia el bolero y eso hizo que se sintiera como una serenata a la amistad.
Flor de Lava es un grupo no solo de artistas, sino también de amigas. ¿Qué significó poder enviar este mensaje con ellas?
Hacer una canción que hablara de lo importante que es nuestra amistad fue muy especial, porque al final eso es lo que mantiene unido a Flor de Lava. Más allá de ser solo un proyecto musical, esta banda nace de una amistad profunda y genuina. Queríamos que nuestra música —al menos una o dos canciones— reflejara esa vivencia, la importancia que tiene la amistad para nosotras. Ha sido muy hermoso ver la respuesta del público, cómo ha crecido la acogida en redes sociales y cómo la gente ha conectado con el mensaje.
Por qué lo dice, cómo ha sido esa respuesta del público...
Ha sido muy lindo. Hemos publicado algunos videos con fragmentos de la canción y, de repente, sin darnos cuenta, comenzaron a compartirse muchísimo. Eso nos hizo pensar: la gente quiere enviar esta canción, quiere dedicársela a alguien. Se nota que es un mensaje necesario, una manera de expresar el cariño y el apoyo entre amigos. Más allá de decir “te quiero” o “estoy aquí para ti”, tener una canción que acompañe esas palabras es algo muy valioso.
¿Cómo se compara su experiencia en Flor de Lava con su carrera de solista?
Yo creo que una de las cosas que hablamos entre nosotras desde que nació el proyecto es que caminar este camino en compañía es mucho más ameno y bonito. Tener un proyecto solista puede ser muy retador, porque uno siente que debe encargarse de cada frente por sí mismo. En cambio, tener un proyecto musical con amigas ha sido una experiencia completamente diferente. No se trata de una unión al azar de personalidades, sino de una amistad que se ha convertido en compañía, crecimiento e inspiración. Todas tenemos talentos y personalidades distintas, y eso hace que estemos constantemente aprendiendo unas de otras, motivándonos a mejorar en lo que hacemos. También ha sido fundamental la disciplina que nos ha llevado hasta aquí: lanzar canciones, sacar un disco, estar planeando el segundo y haber hecho una gira este año en España. Todo eso, vivido en compañía, tiene un valor enorme. Creo que es un mensaje importante para la industria musical y para cualquier ámbito profesional: entender que no somos competencia, sino compañía, y que trabajar en equipo puede ser mucho más poderoso.
¿Cómo describiría el sentimiento de llevar su música a España?
Fue una locura, realmente un sueño hecho realidad. Cada una, desde su trabajo individual, había soñado con poder irse de gira, llevar su música a otros lugares, pero poder hacerlo en compañía, además con este proyecto que ha tocado tantos corazones, fue muy especial. Ver eso en otro país, ver gente que viajaba desde otras ciudades para asistir a los conciertos, los shows llenos, las filas afuera… todo era un poco surreal. A veces nos costaba aterrizar la idea de que eso estaba pasando de verdad. Fue mágico, inspirador y muy motivante. Nos dejó con más ganas de seguir componiendo, ensayando, haciendo canciones y tocando. Más allá del orgullo personal, lo más impresionante fue ver el efecto que tiene la música en el público. Eso a todas nos voló la cabeza.
Usted también es psicóloga, ¿eso cómo ha contribuido a su carrera?
Nunca ejercí la psicología de manera estricta, pero, curiosamente, siento que en Flor de Lava es donde más la he aplicado, aunque sea de forma indirecta. Hacer música implica mucha catarsis: plasmar emociones, vivencias y sentimientos en canciones. Ver que eso tiene un impacto en la gente, que puede ayudar a sanar o acompañar procesos, ha sido muy revelador. Con “El velo se cayó”, por ejemplo, supimos que algunas personas la usaban en terapias, entonces fue sorprendente ver cómo, a través de la música —sin ser musicoterapia formal— se puede generar un efecto sanador.
¿Qué viene para usted en el futuro cercano?
Con Flor de Lava, además de esta sesión acústica que queremos ofrecer como un regalo para las personas que han recibido y compartido nuestra música, se vienen un par de lanzamientos y sorpresas antes de que termine el año. También estamos trabajando en nuestro segundo álbum, que planeamos lanzar en 2026, e idealmente habrá otra gira, de la cual daremos más detalles más adelante. En mi carrera como solista quiero volver a componer y preparar un nuevo trabajo. El año pasado lancé mi último EP, “Solsticio”, y ahora estoy concentrada en la composición de mi próximo material.
