Así se vivió el cuarto día de la Feria del Libro

Entre presentaciones de libros, conversatorios y actividades se desarrolla el cuarto día de la Feria del Libro de Bogotá. El evento anual que se desarrolla en Corferias, y que estará abierto hasta el 2 de mayo, cuenta con una programación en la que se encuentran invitados nacionales e internacionales.

Entre los eventos más destacados programados para el día de mañana, se encuentran conversatorios con reconocidos autores, presentaciones de libros de diversos géneros y temáticas, así como conversatorios sobre temas de actualidad cultural y social.

Conozca aquí los detalles de alguno de ellos.

Paco Calvo, autor de Planeta Sapiens y director del Laboratorio de Inteligencia Mínima de la Universidad de Murcia, se unió al escritor y periodista Jorge Carrión para conversar con Carolina Sanín sobre la inteligencia en reinos más allá del humano y cómo desligarse del antropocentrismo puede ayudar a tener una visión más amplia y consciente del planeta.

Sanín inició la conversación hablando sobre lo natural y lo artificial y el significado de inteligencia en diferentes ámbitos como la artificial y de las plantas. Paco Calvo recordó que en un libro de psicología de su hija que tenía un capítulo titulado: “Formas no humanas de inteligencia. Inteligencia animal e inteligencia artificial”. “Pensé: madre mía, tenemos un problemón delante”, afirmó, refiriéndose al mensaje de que la inteligencia animal no es inteligencia humana.

“Si la pregunta es, ¿qué es la inteligencia? La respuesta no puede ser aquella que hemos construido a nuestra imagen y semejanza”, dijo Calvo. “Me gustaría pensar que tenemos que repensar, desde una perspectiva biogénica, de la vida y quitarnos a nosotros del centro. No me gusta dar definiciones porque creemos que las definiciones son sagradas, me gustaría pensar que esta es una que podemos tomar y quitar. Piensa en una forma de vida que presente una conducta adaptativa, tenemos que ponerle la medallita de inteligencia al individuo y sus acciones o conductas, que además de adaptativas, deben ser flexibles, anticipatorias y que esté dirigida a objetivos”.

Para Sanín, más allá de los criterios expuestos por Calvo, añadió el entendimiento. “Creo que la inteligencia humana es una artificial en el sentido que ha construido su capital alrededor del concepto de artificio y de una forma tecno humana. No podemos hablar de humanos sin relacionarlo con la tecnología, como el lenguaje que es, en sí mismo, un artificio. De todas las definiciones de inteligencia, a mí me gusta la de resolución de problemas y el ser humano es una máquina de resolver problemas. La inteligencia artificial viene, en parte de recursos naturales, como el litio, otros minerales y la cantidad de humanos que la programan, por o que no es del todo artificial”, aseguró Carrión.

Durante el lanzamiento del libro “La pollera colorá”, que recoge la vida del maestro Juan Madera, su autora, Amparo Luz Madera; Martha Patricia Ruíz Anchondo, Embajadora de México en Colombia; Jimmy Barreto, Editor; Betty Castillo, Secretaria de Cultura y Turismo de Sincé; Hugo Sierra Romero, Gestor Cultural de Sincé y David Pérez, Gestor Cultural de Barrancabermeja, conversaron alrededor del legado de Madera y la escritura de este libro.

Uno de los objetivos de esta obra fue rescatar la historia de Madera y visibilizar el baluarte musical y cultural que para los invitados representa “La pollera colorá”. Entre lo que se mencionó en el conversatorio, uno de los invitados resaltó la dificultad de contar con apoyo institucional para las iniciativas culturales. “Hay que generar un documento que reivindique la historia oficial de La pollera, porque tuvimos la oportunidad de tener los documentos que prueban que La pollera fue registrado en la Notaría Primera de Barrancabermeja”, aseguró David Pérez.

“Me parecía genial que se hiciera justicia por el maestro Madera. Olvidar que él fue el compositor de La pollera colorá era ejercer violencia sobre su memoria”, aseguró el gestor cultural. México fue el primer país después de Colombia en escuchar “La pollera colorá” y ahora es el primer país, después de Colombia, en apoyar la publicación del libro sobre su historia.

En la presentación del libro de Lídia Jorge, “Misericordia”, que narra la historia de una mujer mayor que vive en el Hotel Paraíso, la poeta y escritora colombiana Andrea Cote conversó con la escritora portuguesa, quien visitó por segunda vez la FILBo.

Con respecto al título de la novela, Cote mencionó que lo relacionaba con un llamado, aunque sabe qué tiene que ver con la génesis del libro. “La historia de este título, que parece dramático, es ontológico y filosófico, no imaginé colocar en ningún libro mío. Pero la historia es que mi mamá vivía un momento difícil cuando ya no podía cuidarla más y ella voluntariamente decidió ir a una casa de asistencia. Cuando llegó a una casa del mismo nombre que el libro, me pidió que escribiera una obra con ese título, como para quejarse de los tratamientos que tenía. Cuando llegó la pandemia, visité a mi madre y me rogó que escribiera un libro llamado Misericordia. Su objetivo era que la gente tuviera compasión de aquellos que ya no pueden ser autónomos. Esa fue la última vez que estuve con mi madre”, relató la autora portuguesa. “Mi duelo fue escribir este libro sobre la personalidad de mi madre, quien falleció 40 días después en su casa de reposo”.

La autora tuvo dudas sobre publicar un libro que fuera tan personal. Este libro, según Jorge, tiene la amenaza de la decadencia, pero también la posibilidad de pasar los desafíos de la decadencia y la vejez. “Comprendí que la vejez y las pérdidas son sinónimo de la vitalidad. Escribir ciertos aspectos de la decadencia, la maternidad, la migración, el mundo frágil que uno atraviesa, la esperanza que constituyen los niños es, para mí, una mezcla con la vida. La vejez es para mí una suma de la vida”. La escritora mencionó que no creó un esbozo específico para el libro, sino que está profundamente atravesado por la realidad. “Lo último que he pensado sobre el libro es que es un diario sobre un año de vida”.

El director del periódico, Fidel Cano, conversó con Élber Gutiérrez, productor general de El Espectador, alrededor de los 137 años que cumplió este diario y el especial publicado en conmemoración de esta ocasión, titulado “Lo que nos une”.

“La perfección ideal que se busca en las redes sociales es imposible, este tipo de reflexiones nos permite ver que para que este país salga adelante es necesario despercudir esa visión de una cámara de eco en la que no escuchamos al otro. Esta es la época de las burbujas, en las que no vemos que al conversar con quienes piensan distintos podemos solidificar y sustentar los nuestros”, dijo Cano, frente a las discusiones y aquello que nos distancia.

Cano y Gutiérrez hablaron sobre las redes sociales y el panorama que plantean. “Uno no debe taparse los ojos a pensar que las redes sociales solo ofrecen cosas malas. No debemos olvidar que es un negocio. Nos entregamos a unos algoritmos que nos llevan a pelear y a gritar, que alimentan el negocio. Si uno es un poco crítico al entrar en redes, uno ve que hay gente que sabe cómo utilizar los algoritmos a su favor. Siempre hago un llamado a que las audiencias no dejen de participar en redes, pero que sean conscientes de lo que hay detrás de los mensajes y nos demos a la tarea de ser más críticos frente a la información que recibimos de ellas”, aseguró el director.

Gutiérrez mencionó el llamado hecho en el especial de los 137 años de El Espectador a lo que nos une. “Es una casualidad que El Espectador presente un especial con este tema, mientras que el país se sumía en una discusión violenta frente a la idea de una constituyente”, dijo el productor citando a un editorialista de este diario. “Lo que planteaba el especial es que los colombianos somos mucho más que el conteo de cabezas y el aprovechamiento político de nuestras peleas, hay conexiones que tenemos los colombianos que nos quieren romper”, afirmó Cano.