
Su Nuevo Testamento traducido al griego y su profundo conocimiento del latín lo llevaron a ser un referente entre los intelectuales de su época, y a formar parte, sin pretenderlo, de la gran polémica que derivó en la reforma protestante de la iglesia.
Foto: Hans Holbein the Younger
Uno de sus primeros textos decía: “casi todos los cristianos son tristemente esclavos de la ceguera y la ignorancia”. Uno de sus últimos, rezaba: “Cuando tengo un poco de dinero, me compro libros. Si sobra algo, me compro ropa y comida”. De algún modo, era una especie de declaración sobre lo que había sido su vida, pues como hijo ilegítimo de un sacerdote de Gouda, Neerlandia, llamado Gerard, y de una de sus sirvientas, Erasmo de Róterdam fue obligado a ordenarse como monje, aunque se salvó de tener que cumplir con uno de los mandatos de la...

Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.fernando.araujo.velez@gmail.com
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