Publicidad

Este jueves y viernes en Bogotá, la Compañía Estocolmo 59° Norte

El teatro Julio Mario Santo Domingo acoge a las figuras del Ballet Real de Suecia.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Angélica Gallón Salazar
07 de julio de 2010 - 10:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La música de Philip Glass, David Lang y Benny Andersson (ex integrante del grupo de pop ABBA) acompaña los movimientos de los bailarines. Sus vestidos, que vuelan con sus saltos y que se recogen con sus contorsiones, llevan la impronta de uno de los nombres más importantes del diseño sueco: Diana Orving. Y sus desplazamientos —esas formas que dibujan sobre el escenario— hablan de tres coreógrafos: Giovanni Bucchieri, Pontus Lidberg y el reconocido Mats Ek (también dramaturgo y director de ópera), que es según los entendidos “el Ingmar Bergman del ballet europeo”. El nombre de la compañía de ballet, Estocolmo 59° Norte, hace alusión a la latitud en donde los cuerpos de los bailarines pasan la mayor parte del tiempo y su arte es ,al menos así lo confesó su fundadora Madeline Onne, “diferente en su sinceridad y forma de otras danzas contemporáneas en Europa”.

“Somos básicamente bailarines clásicos que trabajamos con la danza moderna y contemporánea y esa mezcla ha atraído a diferentes coreógrafos a crear nuevas apuestas, inspirados en nuestro trabajo”, explica Jen Rossen, director del ballet Estocolmo 59° Norte, que se presenta hoy y mañana en el teatro Julio Mario Santo Domingo. “El repertorio que traemos a Colombia es muy interesante porque muestra cómo se han creado piezas contemporáneas, pero para bailarines clásicos. Tratamos de hacerlos usar nuestra técnica, nuestras líneas y en general adecuarlas a lo que es bueno para un bailarín clásico”, añade Rossen, también bailarín y  el tercer director que ha tenido esta compañía desde que se fundó en 1997.

El repertorio que ha estado de gira por América Latina y que llega a la capital cuenta con cuatro coreografías que han sido cuidadosamente articuladas. “Ha sido un proceso largo, nos tomó casi ocho meses hacer este ballet”, asegura Rossen. La primera, Cantos en memoria de la reina danzante, está inspirada en una pareja de amigos que se convierten en una pareja de amantes para luego ser dos personas que se separan. La segunda, Apartamento, creada en 2000 para la Ópera de París por Mats Ek, se basa en situaciones típicas de la vida cotidiana, contiene un cálido toque de humor y juega todo el tiempo con el parecido del título de la pieza con la palabra “apartamiento”. La tercera, Pas de Danse, sucede en un imaginario paisaje nórdico, un escenario abstracto en el que todo puede suceder. Finalmente está Afinidad táctil, una pieza de danza creada e inspirada en los bailarines de la compañía.

Así, durante 53 minutos (habrá 20 minutos de intermedio), el público capitalino podrá disfrutar de las líneas perfectas, de la teatralidad y la puesta en escena de las estrellas del Ballet Real de Suecia, uno de los más antiguos del mundo.

Por Angélica Gallón Salazar

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.