Víctor Nieto tenía un sueño: que el Caribe, el lugar que lo acogió al nacer, se convirtiera en el espacio donde las historias pudieran ser contadas a través de las pantallas. Así nació el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias.
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El FICCI es el evento de cine más antiguo de Latinoamérica y, aunque con los años su formato ha cambiado, su esencia sigue intacta: reflexionar sobre la humanidad, sus diversas realidades, sus historias y la mirada del “espejado pintado”, como llamó Ettore Scola, director italiano, a esta expresión del arte.
Este año el festival celebrará su 64ª edición con el objetivo de afianzar a sus raíces. Así lo señaló su directora general, Margarita Díaz, quien debuta este año en el cargo.
En septiembre del año pasado, pocos días después de su nombramiento, Díaz conversó para este medio y expresó su deseo de mantener vigente la idea de que la ciudad caribeña pudiera contar sus propias historias.
“Si bien este es un evento nacional e internacional, y hay que seguir trabajando para que sea la plataforma de proyección del país, no debemos centrarnos solo en que la gente venga y se reúna en el centro de la ciudad. Tenemos que encontrar esas historias que conecten a Cartagena con el resto del mundo. Queremos que los relatos, las historias y las voces cartageneras encuentren su espacio”, aseguró. La directora destacó que una de sus principales apuestas será defender la presencia audiovisual de los cartageneros.
Cine en los Barrios, una categoría de la selección oficial, cuenta con una curaduría especializada que responde a los intereses y las realidades de los territorios de Cartagena, más allá del Centro Histórico.
No solo “las historias regresarán a Cartagena”. Díaz también regresa al lugar donde aprendió las lecciones más sencillas, pero fundamentales, de la vida. Tras un tiempo en Bogotá por compromisos laborales, vuelve a su hogar. “Siento que existe una necesidad de generar orgullo, a pesar de todo lo que hemos sufrido a lo largo de nuestra historia”, expresó.
No obstante, desde hace años el FICCI ha buscado no solo expandir los límites de la representación audiovisual, sino también abrir un espacio para la representación de la diversidad de etnias, comunidades, sexualidades, identidades y pueblos, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo. En esta edición, el festival ofrecerá más de 190 proyecciones, entre las que se incluyen 60 estrenos nacionales, 30 latinoamericanos y 20 mundiales.
Según los organizadores, la selección de películas responde a la necesidad de observar detenidamente las historias que emergen desde distintos territorios, resaltando el carácter migrante de las imágenes, su complejidad, riqueza y las múltiples realidades que coexisten en el mundo actual.
Este evento también tiene como propósito poner en el centro de la conversación a quienes crean, encarnan o dialogan con las historias. Además, entre las personalidades que se reunirán en Cartagena se rendirá homenaje a dos figuras del mundo cinematográfico, quienes encarnan la visión sobre lo que significa ejercer este oficio.
Pablo Larraín y Raoul Peck serán los homenajeados de esta edición. “Con una trayectoria marcada por una mirada crítica y una exploración profunda de la humanidad, sus películas han dejado una huella imborrable en el cine iberoamericano y mundial”, explicaron los organizadores del FICCI.
Larraín ha construido una filmografía que disecciona momentos claves de la historia reciente de Chile y el mundo, abordando el poder, la memoria y la política a través del vínculo afectivo de sus protagonistas, creando un lenguaje cinematográfico y una estética visual única. Desde obras como No (2012), que exploró el plebiscito que marcó el fin de la dictadura de Pinochet, hasta sus retratos de figuras icónicas como Jackie (2016) y Spencer (2021),
Ahora, el cineasta haitiano Raoul Peck “ha convertido su cine en una poderosa herramienta para la denuncia social, la deconstrucción de los discursos coloniales y la reivindicación de las comunidades negras”. En su filmografía destacan cintas como “I Am Not Your Negro” (2016), basada en los escritos de James Baldwin, y “El joven Karl Marx” (2017).
Los reconocimientos también se extenderán a los premios India Catalina, la gala de la industria audiovisual que se celebra anualmente desde 1984 en el marco del FICCI. Un comité técnico será el encargado de seleccionar a los ganadores en cada categoría. Aunque los nombres de los premiados aún no se han revelado, ya se sabe quién recibirá un homenaje por su vida y obra.
El equipo organizador ha decidido otorgar el premio “Víctor Nieto” a toda una vida a Margarita Rosa de Francisco, en reconocimiento a su legado y contribución al cine y la televisión.
Este premio, considerado el más importante del Festival Internacional de Cine de Cartagena, celebra y exalta la trayectoria de quienes han dedicado su vida a la industria audiovisual. “Me siento muy orgullosa de recibir este premio junto a otros colegas que también lo han merecido. Estos reconocimientos se reciben con alegría y gratitud, sabiendo que nuestro trabajo como actores depende mucho de los compañeros, de los directores, de los guionistas y de aquellos que nos cuidan en nuestro lugar de trabajo. Nuestro oficio no es solitario, es el resultado del esfuerzo conjunto que hace que, en ocasiones, brillamos”, expresó la actriz.
En el FICCI se proyectará la película El Paraíso, filme con el que Margarita Rosa de Francisco cautivó al público y los críticos en el Festival de Venecia, en donde se hizo merecedora del premio a Mejor Actriz.
Sentir, imaginar y crear historias
“Queremos que esos relatos, historias y voces cartageneras encuentren un espacio”, declaró Díaz en entrevista para El Espectador. Bajo ese compromiso se va a reforzar la Academia FICCI, que será un espacio de análisis crítico, que tendrá lugar en la Casa Gabo, antigua residencia de Gabriel García Márquez.
En este laboratorio los participantes tendrán la oportunidad de deconstruir y estudiar el lenguaje audiovisual desde múltiples perspectivas, promoviendo una cinefilia consciente y comprometida con la evolución. Habrá clases magistrales, mesas de discusión y encuentros con cineastas invitados.
El FICCI le apostará, entonces, a una nueva edición para reafirmar su compromiso con el sentido colectivo del cine. Un espacio compuesto de imágenes sobre lo que sentimos, pensamos, soñamos, amamos y odiamos.
Por Samuel Sosa Velandia
