Estas festividades, que concluyen el 6 de agosto, suponen una pausa en el calendario de trabajo de los capitalinos, quienes durante una semana gozan de unas vacaciones para disfrutar de las actividades propias de esta celebración que se inician con el desfile del correo.
Este desfile reúne a personajes de la cultura capitalina y del resto del país, cachiporras y coloridas carrozas que recorren las principales calles de San Salvador.
Familias enteras se reúnen para disfrutar del espectáculo y luego tienen la opción de desplazarse a un campo de feria donde han sido instalados juegos mecánicos y ventas de comida típica.
Las celebraciones de la capital también se extienden a otros países donde residen salvadoreños, como en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, donde viven casi la mitad de los aproximadamente 3 millones de salvadoreños en Estados Unidos.
Aunque miles de capitalinos se han desplazado a las playas y otros lugares turísticos, por lo que algunos sectores de la ciudad lucen desiertos, otros tantos prefieren asistir a otras actividades organizadas por la Alcaldía de San Salvador.
Las Fiestas Agostinas se celebran desde hoy primero de agosto hasta el próximo miércoles siete en la capital salvadoreña, pero el lunes es el día más importante de esta festividad y se lleva a cabo la tradicional “Bajada”, un acto religioso católico en el que los capitalinos presencian la “transfiguración” de Jesucristo, haciendo alusión a un cambio de apariencia de Jesús el monte Tabor.
Estas fiestas patronales se llevan por segundo año consecutivo bajo un régimen de excepción, medida implementada por el Gobierno salvadoreño para combatir a las pandillas que es aceptada por algunos, es especial por los ciudadanos que viven en colonias históricamente afectadas por las maras, pero rechazada por muchos.
Además, se realizan en momentos en que el presidente Nayib Bukele busca mejorar la economía del país centroamericano, uno de sus principales retos en su segunda administración.