Final literaria en el Hay
Tres escritores, todos menores de 40 años, compiten por el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana, al que se presentaron 112 obras. Una mirada a los finalistas.
Redacción Cultura
RICARDO SILVA
‘El libro de la envidia’ explora una historia alternativa de la muerte del poeta José Asunción Silva. Con tintes de misterio, Silva propone aquí el asesinato del poeta y recorre la pintoresca y afrancesada ciudad de entonces. Silva también ha escrito novelas como ‘Autogol’ y ‘Érase una vez en Colombia’.
MARGARITA GARCÍA
La autora, que nació en Cartagena en 1980, propone en ‘Lo que no aprendí’, su primera novela, una historia familiar en los años 90, atravesada por sucesos políticos y muy íntimos. García Robayo vive en Argentina desde hace 10 años y también es autora de un libro de relatos y una novela corta.
JUAN E. CONSTAÍN
‘El hombre que no fue jueves’ recoge una historia curiosa: la intención del Vaticano de canonizar al escritor inglés G. K. Chesterton por los supuestos servicios que habría prestado al papa Pío XI en 1929. El relato está lleno de referencias históricas y culturales, que le permiten a Constaín divagar sobre muy diversos temas sin perder el hilo narrativo.
RICARDO SILVA
‘El libro de la envidia’ explora una historia alternativa de la muerte del poeta José Asunción Silva. Con tintes de misterio, Silva propone aquí el asesinato del poeta y recorre la pintoresca y afrancesada ciudad de entonces. Silva también ha escrito novelas como ‘Autogol’ y ‘Érase una vez en Colombia’.
MARGARITA GARCÍA
La autora, que nació en Cartagena en 1980, propone en ‘Lo que no aprendí’, su primera novela, una historia familiar en los años 90, atravesada por sucesos políticos y muy íntimos. García Robayo vive en Argentina desde hace 10 años y también es autora de un libro de relatos y una novela corta.
JUAN E. CONSTAÍN
‘El hombre que no fue jueves’ recoge una historia curiosa: la intención del Vaticano de canonizar al escritor inglés G. K. Chesterton por los supuestos servicios que habría prestado al papa Pío XI en 1929. El relato está lleno de referencias históricas y culturales, que le permiten a Constaín divagar sobre muy diversos temas sin perder el hilo narrativo.