Dos activistas de la ONG Greenpeace fueron inculpados este jueves en Francia por “robo agravado” por el hurto de la estatua de cera del presidente Emmanuel Macron del museo Grévin de París.
Los hechos ocurrieron el lunes, 2 de junio, cuando varios activistas de la organización ecologista robaron una estatua del presidente francés valorada en 40.000 euros (45.000 dólares) del conocido museo parisino y la colocaron frente a la embajada rusa y más tarde ante la sede del gigante eléctrico EDF para protestar por los lazos económicos de Francia con Rusia, pese a la guerra en Ucrania.
La efigie fue devuelta a la policía el martes por la noche. Sin embargo, el lunes dos activistas, un hombre y una mujer, fueron arrestados, según dijo su abogada Marie Dosé, que denunció una detención “completamente desproporcionada”.
Este 5 de junio comparecieron ante un juez que los inculpó por “robo agravado”, indicó la abogada, que dijo no entender la decisión del juez, tomando en cuenta que “el museo Grévin indicó que no hubo ningún perjuicio” y que se trató de “una acción no violenta”.
El museo, que interpuso una demanda tras constatar el robo, reaccionó luego con humor. “La contemplación de los personajes se hace solo in situ”, dijo con ironía el establecimiento en su cuenta de Instagram.
Jean-François Julliard, responsable de Greenpeace Francia, dijo que las dos personas detenidas eran las que conducían un camión durante la protesta frente a la embajada rusa, y no las que “tomaron prestada” la estatua del museo.
“La devolveremos en buen estado, pero no podemos decir cuándo”, recalcó en declaraciones al canal BFMTV, durante el momento del robo. Asimismo, defendió que su acción busca denunciar cómo Francia ha aumentado sus importaciones de gas natural y de abonos químicos de Rusia en los últimos años, además de que depende de ese país para el uranio reprocesado.
Los activistas lograron tomar la estatua haciéndose pasar por artesanos encargados de su mantenimiento.