Portada del libro "Mamita", de Gustavo Rodríguez
Foto: Alfaguara
PUBLICIDAD
Mamita es un libro íntimo, sin pretensiones literarias mayores, pero lleno de gratitud. No cuenta una historia extraordinaria, sino la vida sencilla de una madre y sus tres hijos, vista desde el amor filial de quien narra: el hijo del medio.
Escrito como regalo final —una ofrenda simbólica poco antes del fallecimiento de su madre—, el libro evoca el paso de los años, los vínculos que perduran, la ternura discreta y los gestos que se recuerdan sin alarde.
Desde esta mirada, he seleccionado algunos fragmentos que dejan ver la fibra afectiva que sostiene el libro. No son momentos de clímax, sino hilos silenciosos que unen, consuelan y dejan huella.
- “Quién sabe si la distancia entre los hermanos no empieza con la malinterpretación que hacemos del trato de nuestros padres”.
- “Si ya es supremamente difícil imaginar lo que otro humano siente, aventurarse con otras especies es inútil y de gran soberbia”.
- “Siempre he asumido con agrado la soledad cuando sé que de mí depende terminarla”.
- “Los escritores, los artistas en general, son caníbales de la vida de los otros”.
- “Eso no quita que, en nombre del arte, haya víctimas puntuales de la indiscreción”.
- “Los juzgamientos de padres viajan por nuestra sangre con más determinación que los anticuerpos”.
- “Así como hay un límite para que la estrechez alrededor de una persona se considere indigna, hay un límite para que el exceso de vacío no se convierta en soledad”.
- “Los romances epistolares funcionan, precisamente, porque los amantes no se contradicen en persona”.
- “Si el primer deseo de un ser humano es ser deseado, es obvio que para quien nació de un amor clandestino el mayor temor es ser rechazado”.
- “Moría sin saber que me dejaba como herencia el recuerdo de sus historias”.
- “En la época de nuestros abuelos, las mujeres no podían soñar con la independencia”.
- “Para subsistir, las mujeres tenían que ser un anexo del hombre que se les cruzaba en la vida, o ser espíritus rebeldes”.
- “Si nuestros políticos tuvieran la mitad de la vergüenza de nuestros perros, toda barriada latinoamericana sería Dinamarca”.
- “Las pieles claras son engañosas cuando sus biografías se han escrito a la intemperie”.
- “Lo más difícil es escribir lo que uno se propone. Eso y nada más”.
- “Abreviándose aun más su cuerpo mientras las ganas de morir se extendían”.
- “El rugido del mar nos recuerda que siempre habrá algo más viejo que nosotros”.
- “Las risas me enseñan que solo la alegría puede detener el paso del tiempo”.
- “Así como las religiones basan su subsistencia en la repetición de sus rituales, las personas basan su identidad en la repetición de sus recuerdos”.
- “Con mi orfandad se había iniciado el lento proceso a ser el siguiente en la línea del olvido”.
- “Había cumplido su tiempo y solo quedaba agradecerle por el que me había dedicado”.
- “La cada vez más naturalizada costumbre de intentar que la tragedia de otro lo tenga a uno como protagonista”.
- “Leer siempre nos daría más satisfacciones que escribir”.
- “En mis ficciones, mi madre siempre viviría para responderme”.
Por Isabel López Giraldo
Conoce más
Temas recomendados:
Read more!
Read more!