
Foto: Archivo Teatro La Candelaria
Las dos balas que le atravesaron las manos a Guadalupe Salcedo llevaron a concluir que no había muerto por estar mal parado en medio de un tiroteo entre un taxi y un par de patrullas, como inicialmente lo querían hacer creer las autoridades del momento. A Guadalupe Salcedo lo asesinó la Policía mientras se entregaba con las manos en alto. Era 6 de junio de 1957. Cuatro años antes, había dejado las armas en medio de un proceso de paz con el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla, después de haber sido comandante de las guerrillas liberales...

Por Santiago Gómez Cubillos
Periodista apasionado por los libros y la música. En El Magazín Cultural se especializa en el manejo de temas sobre literatura.@SantiagoGomez98sgomez@elespectador.com
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