El Magazín Cultural

Guillermo Valencia: el historiador de las culturas del Canal del Dique

Guillermo Valencia trabajó para la cultura de su región, lo inspiraron para escribir la novela ilustrada Obituarios Negros. La novela nació de un proyecto ganador de la beca de estímulos para el arte de la Gobernación de Bolívar.

Juan Guillermo Sanmartín Romero
26 de julio de 2018 - 11:32 p. m.
Guillermo Valencia. / Julio Castaño- El Universal
Guillermo Valencia. / Julio Castaño- El Universal

Guillermo Valencia Hernández es un caribeño como cualquier otro, solo que tiene un libro que habla de las biografías de las cantadoras y cantadores más emblemáticos de la región aledaña al Canal del Dique. Él siempre viste a la usanza  del Caribe: guayabera, bermudas, sandalias como en la época romana, un típico sombre vueltiao y un poncho para remover las goteras de sudor que caen en la frente cuando el calor provoca que te ensopes de sudor.

Guillermo Valencia, quien naciese en la localidad del Dique, es un historiador sin título que adquirió sus conocimientos de las anécdotas de sus viajes, como al mejor método de Herodoto de Halicarnaso.

Él es un apasionado por los estudios de las identidades culturales del Canal del Dique, ese lugar conocido por ser el proyecto que, en el siglo XVI, buscó acercar a Cartagena de Indias con el río Magdalena, para movilizar a los esclavos traídos del África Occidental, y en ese intercambio produjo abigarrados movimientos culturales.

Dice él que es una persona fregada, que le gusta  pasar las  tardes en un chinchorro en donde se acuesta a recordar anécdotas y chistes que de repente se le vienen a la memoria. La única formación académica que recibió fueron las vivencias cotidianas de la calle. Su inspiración son la montaña, el río, el canto de las gaviotas y la folclórica forma de ser de los caribeños.

Siempre estuvo involucrado en todo lo que tenía que ver con la cultura, como los actos cívicos y las comunes fiestas patronales de Mahates. Él estaba en todo evento cultural habido y por haber. Solía impartir clases de música e historia cultural en los colegios de los pequeños y polvorientos municipios de la región. Allí, en una de esas clases, conoció al hijo de Petrona Martínez y tiempo después, se integró como tamborero al grupo de la cantadora.

Valencia es un músico, o más bien, un  investigador empírico de la música, que a cálculo impreciso, es de las personas que más sabe de la música afrocolombiana del caribe. También, alguna vez, por casualidades de la vida, recibió una correspondencia que debía llegar a Magín Díaz, el músico que esperó más de noventa años para ser reconocido. Así que le hizo llegar la carta a Magín, que era en realidad una invitación para unas presentaciones en Barranquilla. Desde allí, Valencia y otras personas comenzaron a visibilizar a Magín Díaz.

En efecto, los tantos y tantos años que Guillermo Valencia trabajó para la cultura de su región, lo inspiraron para escribir la novela ilustrada Obituarios Negros. La novela nació de un proyecto ganador de la beca de estímulos para el arte de la Gobernación de Bolívar, en donde describe las características históricas y culturales de las músicas conocidas en el Canal del Dique, como el bullerengue y el son de negros. Además, narra las historias de los personajes más memorables de dichas músicas.

En la novela se cuentan las investigaciones sobre la música afro que realizó durante gran parte de su vida, y se cuentan, de una forma muy divertida, las epopeyas populares del Canal del Dique, como los trabajos en el cultivo de corozos y yucas y los trabajos en El Batey, una empresa azucarera. Sin embargo, la novela no oculta las prosódicas realidades de los cantantes famosos de la región que llevan vidas muy humildes y difíciles a causa de la pobreza. 

El libro manifiesta la paradoja de vivir feliz en medio de difíciles realidades y el papel que juega el bullerengue, una música ancestral, para alegrar las penas de las clases menos favorecidas. A los escritos los acompaña un compilado de 62 ilustraciones de pinturas afrodescendientes. 

La primera vez que Valencia presentó su novela fue en el Teatro Colón de Bogotá, en una gala elegante y de extrañeza para un personaje típico como él. Las otras presentaciones se hicieron en San Jacinto, San Basilio de Palenque, María La Baja, Gamero, entro otros cuantos municipios.

Entre talleres, vida tranquila, música y estudios culturales, pasa la vida de Guillermo Valencia, un caribeño como cualquier otro, que ha dado su vida por destacar las identidades de su región, mejor plasmadas en su libro Obituarios Negros. 

Por Juan Guillermo Sanmartín Romero

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