
Harrison Vargas desde hace un año aproximadamente se retiró de la escuela para dedicarse únicamente al cultivo de arracacha. / Andrea Calderon
En la ciudad se cree, erróneamente, que el campo es sinónimo de atraso. Hay quienes piensan que la gente que vive en el campo no tiene los mismos conocimientos porque en la ciudad, dicen, están los “buenos” colegios y universidades.
Esta idea ha llegado hasta las zonas más profundas del campo colombiano, teniendo como consecuencia -en algunas de ellas- el abandono y desalojo de estos territorios. Los jóvenes que se encuentran en él piensan que, las oportunidades están en las ciudades. ¿En las ciudades? ¿Cuáles oportunidades?...
Por Laura Valeria López Guzmán / @Lauravalerialo y Andrea Calderón
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