
Heráclito nos reveló que su método fue el de los profetas: no descubrió la verdad, la halló en él.
Foto: Archivo particular
Dejó dicho que todos los hombres que habitaban la Tierra se encontraban a igual distancia de la verdad. Los apartaba de ella el hábito de entremezclarse en ocupaciones que solo una estupidez malsana era capaz de señalar como merecedoras de atención y esfuerzo. Allí cabían las artes abyectas de la codicia, la vana aspiración a la nombradía, el dar crédito a los ritos religiosos, la política y su engañosa aritmética del bulto y las mayorías. También los pensadores y los poetas venerables; los primeros, por confundir la sabiduría con la mucha...
Por Jerónimo Uribe
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