Hace casi ocho años que la pequeña Hiba, acompañada de su familia, tuvo que huir de Siria hasta el campamento de refugiados de Zaatari (Jordania), por culpa de una guerra que lleva diez años asolando su país con violencia y destrucción, y de la que trata de “huir” por medio de su pasión: la música. Según ACNUR, el 15 de marzo de 2021, se cumple un decenio del conflicto que obligó a 500.000 niños sirios a vivir en campamentos de refugiados y dejó a 2.5 millones con secuelas físicas y mentales. Para recordar este aniversario y llamar la atención sobre la situación de los niños sirios en los campamentos de refugiados, la ONG World Vision pidió al cantante español Xuso Jones que se conectara en directo, por medio de Instagram, con Hiba, una niña de doce años, para conversar sobre la música.
Hiba descubrió el gusto por la música hace dos años, cuando empezó a tocar piano en uno de los Centros Seguros para Niños, gestionados por World Vision, en el campo de refugiados de Azraq (Jordania). Después de que su madre abandonara su hogar en Zaatari, debido a problemas familiares, Hiba y sus hermanos quedaron al cuidado de su abuela y de sus tíos, durante dos años. Pero cuando la abuela decidió regresar a Siria, los niños se quedaron sin un familiar con quien vivir, por lo que fueron trasladados al campo jordano de refugiados de Azraq, donde viven con su madre.
Hiba sueña con ser una gran artista, así como dedicarse a la música y al piano, para “hacer orgullosa a su familia”, en especial a sus padres. “Cuando sea mayor, me gustaría ser profesora de música”, afirmó la pequeña. Para lograrlo, Hiba contó a Xuso Jones que ensaya “el tiempo que sea necesario para memorizar las canciones” y para asegurarse de que lo haga a la perfección. Hiba tocó una melodía clásica árabe para Xuso Jones y los usuarios que siguieron la retransmisión en Instagram, mientras el cantante español le cantó una de sus canciones más populares.
La vida en un campo de refugiados
Respecto a su antigua vida en Siria, Hiba reconoció que la extraña, así como a sus familiares y amigos, pero pese a ello no quiere regresar: “No nos queda nada en Siria y no es seguro volver. También me da mucho miedo separarme de mi madre otra vez”. Explicó que en su día a día en el campo de refugiados se encarga de las tareas del hogar, mientras su madre está trabajando. Cuando ella regresa, hace los deberes, toca el piano, sale a jugar o ve la televisión, hasta que cortan la luz del campamento y se va a la cama.
Uno de los trabajadores del campamento, Elías, se encargó de ejercer de traductor entre el cantante español y la joven siria, que hablaba en árabe. Elías explicó a los seguidores del cantante que el campamento de Azraq acoge a más de 36.000 refugiados sirios desde 2014, así como a unos 300 niños que participan en actividades educativas y recreativas. El cooperante quiso también mostrar las instalaciones del World Vision Center en Azraq, en las que juegan los niños refugiados con parques de columpios y casetas decoradas con dibujos infantiles y alegres colores. Para despedirse, el cantante español pidió a la niña que hiciera un dibujo que representara la música. Hiba pintó una clave de sol, mientras Jones dibujó un pentagrama sobre el que escribió las palabras en inglés “esperanza”, “sueño” y “futuro”.