El Magazín Cultural

“Higuita en chanclas”, la música es la cancha más grande

Esta banda de Medellín está desarrollando un ejercicio artístico colaborativo durante la cuarentena para producir sus videoclips desde casa con los teléfonos móviles de sus amigos.

Ana Sofía Buriticá Vásquez
06 de mayo de 2020 - 08:46 p. m.
“Higuita va mucho más allá de dos vagabundos que no saben cantar”.  / Cortesía
“Higuita va mucho más allá de dos vagabundos que no saben cantar”. / Cortesía

 

Higuita en chanclas encuentra su fuerza en la creación colaborativa, en los partidos amistosos en la cancha de la Iguaná, en la voz del Dinosaurio Anacleto de 31 minutos, en la imagen de Charly García tirándose un clavadito desde el balcón, en la presunción filosófica del Querubín rebelde y sobre todo en los amigos y amigas que han cantado con ellos los goles que a veces les permite la vida. Su sonido transita por el post puk, el rock, el dance y la electrónica. La banda está conformada por Samuel y Giro. Ambos encuentran en la música y en el fútbol el lugar de representación de sus libertades.

Estos jóvenes emprendieron una búsqueda estética y una deconstrucción de estereotipos, nacieron en una generación que constantemente está cambiando, reinventándose y moldeando su identidad para hallar aquello que los haga sentir propios y los aleje de complicaciones o purismos artísticos. 

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Durante la cuarentena, lanzaron “TE CU EME”, una canción que expresa el amor por sus amigos y el peso de su ausencia física en estos días de incertidumbre en los que el arte los ha sostenido y abrazado, mostrándoles la finitud de la vida pero también la fuerza de sus lazos. El videoclip de este tema fue grabado con teléfonos móviles por cada uno de ellos desde sus casas, juntos construyeron la narrativa y le dieron cuerpo.

“Con esta canción queríamos manifestarles a todos que los queremos ver, pero que desde la cama también se puede armar una revolución, como decía Oasis. No fue lo mismo trabajar a distancia pero nos sirvió para motivarnos y recordarnos todo lo que nos queremos. En estos momentos debemos buscar la forma de darnos esperanza y mantenernos juntos. Nuestros amigos son el motivo para cantar, solo pensar en verlos saltando y sonriendo, es suficiente para crear”.

De vez en cuando la hinchada crece y la música es la cancha más grande, la que mejor deja pasar la pelota y une todas las voces en el coro de una canción, poniendo delanteros en el pogo, descomponiendo las tristezas con una espontánea alegría y olvidando por un momento la dureza incontrolable de la realidad.

“Samuelt maneja el esférico con una estructuración que recuerda al cuadro Messi en el Barcelona, buen repliegue por la banda y desequilibrio, mientras que Giro se desarrolla como un jugador tipo Cristiano, buena rodilla, buen arranque y mayor exposición en el mundo del modelaje”. 

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Sus letras narran su relación con la ciudad, su cotidianidad,  sus espacios, vivencias, inquietudes, cambios y emociones, no tienen miedo a expresar cómo se sienten ni a romper con el peso del deber ser. “Medellín es nuestra cancha de arenilla con huecos y algunos pedazos de grama”.

Cuando puedan volver a las calles después de vencer a este virus silencioso y rebelde que se pega a todo lo que tocan, lo que más desean es salir a jugar un partido amistoso, tirarse unas “recochitas” con sus amigos y si Maradona o el Pibe les piden juego, meterlos,  igual  a ninguno le será fácil terminar haciendo el escorpión, pero se sentirán como niños de nuevo. 

Por Ana Sofía Buriticá Vásquez

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