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Para empezar el siglo XX en esta “Historia de la literatura”, me voy a referir a un autor que, sin duda, representa la transición entre los dos siglos, Antón Chéjov (1860-1904), uno de los referentes más importantes en la cuentística, ya que sus relatos incorporan, como diría Juan Gabriel Vásquez, “todo lo que es importante para los seres humanos”. También es él quien inaugura una nueva conciencia estética en la estructura de sus relatos breves, en los que no siempre es fácil identificar ni el principio ni el final y, con frecuencia, tampoco el eje argumental. Es el maestro por excelencia del relato breve. De hecho, él mismo decía: “Sé escribir corto”. Pero no solo corto, sino claro y preciso. Señala Ricardo San Vicente al referirse a la tendencia innovadora de Chéjov: “Diríamos que la piedra angular de la obra chejoviana es la desacralización de la literatura y en muchos sentidos la ignorancia consciente de la escala de valores literarios de su tiempo” (La literatura admirable, Pasado&Presente, 2018, p. 473).