
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La fotografía reconoce el valor de destacar acontecimientos históricos, una realidad desvestida para admirar y reflexionar; tras el paso del tiempo la imagen realizada con una cámara fotográfica logra adaptarse a los cambios tecnológicos, revelando así no solamente un reflejo vivencial, sino que también manifiesta una estética imaginada, surreal y concebida por inquietudes constantes que acarrean los artistas durante su creación. Es así que la fotografía se convierte en un universo de mundos posibles y en Colombia su realización se inclina hacia el efecto de experiencias nocivas de violencia, dando como resultado el trabajo visual de reporteros gráficos que han sabido contar la historia colombiana.
Es de admirar entonces, esta manifestación a través de la imagen, pero indudablemente la experimentación fotográfica ha sabido llevar a varios artistas a través de la imagen como a un laberinto de posibles lecturas, en este punto aparece la fotografía como un medio artístico en donde la estética y su contexto se relacionan dentro de una misma obra.
Puede leer: Ganadores del concurso de fotografía de viajes de National Geographic
Tras visitar la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), este contexto aparece dentro de sus dos salas, una experiencia fotográfica de visualizar un diálogo entre imágenes internacionales con las nacionales para nutrir aquella historia de la fotografía. Obras exorbitantes de gran tamaño, manifiestos tonales y a blanco y negro se revelan mientras otras reconocen mundos paralelos que dibujan un estado surreal. Obras de artistas como el español Eugenio Recuenco, del colombiano Andrés Sierra, el ucraniano Maxim Dondyuk, la colombiana María Camila Calle, entre otros veinte artistas más hacen parte la muestra Fotomuseo 20 años.
Esta exposición en homenaje a los 20 años del Fotomuseo bajo la curaduría de Lou Delgado, es el reconocimiento de la labor y contribución que ha tenido esta institución frente a la divulgación, reflexión y creación de espacios dedicados a la fotografía, una muestra que aparece para contar la historia de la gestión que se ha venido tejiendo durante estos años y que ha abierto espacios en la ciudad de Bogotá para establecer una relación directa entre la ciudadanía y la imagen. Las obras que se encuentran entonces en la FUGA, son algunas que hacen parte de las 1127 donaciones que conforman la colección del Fotomuseo, con lo que dice Alejandro Jiménez, museógrafo y parte del equipo de esta institución:
“Creo que esto también viene siendo un patrimonio de la ciudadanía colombiana y eso es algo que hay que destacar, que la función y la vocación del trabajo que ha realizado Gilma Suárez como directora y el equipo que ha conformado la Bienal Fotográfica en todas sus versiones está en construcción de un patrimonio visual y cultural clave para la ciudadanía”. Este acervo entonces recapitula una historia de cómo se ha ido manifestando dentro de una sociedad incluyente la fotografía y es desde esta perspectiva que se destaca la labor por mantener un proyecto que se ha estructurado durante estos últimos 20 años.
Gilma Suárez una amante de la fotografía aparece como la creadora, promotora y directora de Fotomuseo, su experiencia vivencial durante varios años en Francia hace que el arte y en especial la fotografía se conviertan en espacios propicios para interactuar y generar pensamiento, es así que luego de su estadía internacional, vuelve a Colombia con la idea de resaltar la fotografía en Colombia. La importancia en ese entonces con respecto a la fotografía en las galerías y espacios no era mayor, así que su idea por llenar la ciudad de fotografía comenzó a materializarse, “Siempre he creído que los museos y las galerías en Colombia son para unos pocos, el ciudadano en su mayoría piensa que el arte y las exposiciones son para un estrato especial, la idea era que fuera para toda la ciudadanía”, explica Gilma Suárez.
Con el tiempo, logró manifestar un vínculo importante con reconocidos gestores culturales que apoyarían y serían miembros fundadores del proyecto, entre los que se destacan: Gloria Valencia de Castaño, William Ospina, Gustavo Zalamea, Martha Senn, Ramiro Osorio, María Teresa Herrán, German Rey y Carlos Duque, fotógrafo y publicista que incansablemente logró junto con Gilma Suárez gestionar la primera exposición fotográfica a cielo abierto que atravesaba la carrera 15 en el norte de la ciudad. Estas itinerancias se mantuvieron rodando por varias zonas de la ciudad con exposiciones de fotógrafos reconocidos, maestros de la imagen que permanecen dentro de la colección de esta institución. Para el año 2000, se realiza la primera exposición de sala en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y para el 2001 la Fotomaratón aparece como un encuentro fotográfico que se organiza cada dos años para promover la fotografía incluyente realizada en una maratón de dos días.
Puede leer: Historia de la fotografía de retrato en Bogotá en el siglo XIX
“En el 2004 pensábamos que el Fotomuseo debía pasar por otra etapa, ya estaba la Fotomaratón, y las exposiciones de los maestros fotógrafos y jóvenes, teníamos que ir más allá y se creó entonces la Bienal internacional invitando a artistas de todos los puntos de la geografía para que vinieran a Colombia a exponer y así surgió Fotográfica”, dice Suárez sobre el evento que logró solidificar todos aquellos ideales y convertirse en uno de los más importantes con respecto a la fotografía en Colombia. Fotográfica entonces comenzó a reunir en su programación no solamente exposiciones de sala y de calle con fotógrafos internacionales y nacionales, sino que también recibió un ciclo de conferencias, un encuentro teórico, una revisión de portafolios, una convocatoria Nacional, un ciclo de cine y recientemente un coloquio para exponer las investigaciones de distintos historiadores de la fotografía. Todo este puñado de actividades englobado dentro del país invitado, en los que han participado Brasil, España, Francia, México, los Países Nórdicos y Alemania.
Este proyecto ha venido consolidándose confiriendo cada vez más a un compromiso con la fotografía en Colombia, pero como dice su directora: “siempre hay más actividades y menor apoyo económico”, su crecimiento se ahorca frente a los estímulos que se disminuyen anualmente frente a las empresas públicas y privadas, pero manteniendo su constancia y dándole un lugar a la fotografía, a su incidencia con la sociedad y a la construcción de una mirada que se transforma con el transcurso del tiempo.
La muestra que se encuentra actualmente en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño estará hasta el 8 de julio.