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Homenaje a Luis Ospina: creer en lo que no se ha revelado

La Cinemateca de Bogotá inauguró una retrospectiva de la obra de Luis Ospina, nombrada según la visión de lo que para el cineasta constituía la fe en el cine: “Creer en lo que no se ha revelado”. La muestra recoge las 30 películas que suman en su filmografía largometrajes y cortometrajes realizados durante casi cincuenta años de carrera.

Alejandro Moreno
28 de abril de 2021 - 07:43 p. m.
Luis Ospina fundó el grupo Caliwood, en el que hizo cine junto a Carlos  Mayolo y Andrés Caicedo.
Luis Ospina fundó el grupo Caliwood, en el que hizo cine junto a Carlos Mayolo y Andrés Caicedo.

Luis Ospina suscribía sin reservas la máxima de Jean Cocteau según la cual el cine filma a la muerte haciendo su trabajo. Cuando fue el momento, Ospina filmó a la muerte haciendo su trabajo sobre la figura agónica de Lorenzo Jaramillo en Nuestra película. Cuando fue el momento, la filmó haciendo su trabajo en su ciudad, dilapidada de a poco por la especulación inmobiliaria en Adiós a Cali. Y cuando fue el momento, de cierta forma la filmó haciendo su trabajo durante el rodaje de Todo comenzó por el fin, donde la enfermedad se lanzó sobre su cuerpo, pero donde al final la muerte no tuvo dominio.

Y en realidad ahora, casi dos años después de su fallecimiento, tampoco la tiene. El pasado jueves 22 de abril la Cinemateca de Bogotá inauguró una retrospectiva de su obra, nombrada según la visión de lo que para Ospina constituía la fe en el cine: “Creer en lo que no se ha revelado”. La muestra recoge las 30 películas que suman en su filmografía largometrajes y cortometrajes realizados durante casi cincuenta años de carrera, y sólo excluye aquellos trabajos que nunca circularon por decisión propia del director.

La retrospectiva es, además, la oportunidad de presentar al público una obra que hasta entonces no había sido revelada: El ojo del turista: XIII piezas fáciles. Entre 2014 y 2016 Ospina y Lina González hicieron, cámara en mano, una serie de viajes por distintos países de oriente. El material sería utilizado luego para un proyecto híbrido entre el cine experimental y el videoarte, en el que se exponen los espacios recorridos y transformados por la mirada del turista, condicionada por el extrañamiento y la otredad. La muerte del director no impidió que la pieza viera la luz, porque González, quien la había producido, terminó la edición para que finalmente pudiera exhibirse. La obra, presentada en cuatro pantallas independientes, estará instalada en el taller de la imagen de la Cinemateca hasta el 29 de abril.

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La curaduría de la muestra, realizada por Luis Esguerra y Mateo Suárez, plantea la programación bajo cuatro líneas narrativas que atraviesan la filmografía de Ospina. En la franja titulada ‘Contra-historias’ se concentran las películas en las que se funden la dimensión social y el experimentalismo, en las que de acuerdo con los curadores se imprime el carácter político del director. Son los casos de obras como Oiga vea, en la que se exponen los efectos de los VI Juegos Panamericanos en Cali desde la perspectiva de la gente que se quedó por fuera de los espectáculos; o del célebre Agarrado pueblo, un falso documental sobre los procedimientos de los cineastas de la pornomiseria.

El interés de Luis Ospina por los artistas marginales y rebeldes se reúne en la categoría ‘Hacer cine para no morir’. Ahí hay lugar para películas como La desazón suprema, un documental sobre Fernando Vallejo; Andrés Caicedo: Unos pocos buenos amigos, en las que las voces del Grupo de Cali van dibujando la silueta de su miembro desaparecido: el escritor que para cumplir con su propia consigna de que vivir más allá de los 25 años era una insensatez, se llenó el cuerpo de barbitúricos.

En ‘Lugar a dudas’ y ‘Ciudad solar’, se exhiben las obras que, de una parte, manifiestan el aspecto más radical en los experimentos del cineasta, y de otra, los documentales que constituyen una crónica de su época.

La retrospectiva coincide con la donación del archivo personal de Luis Ospina a la Cinemateca, donde quedará como material de consulta para toda la ciudadanía. Los documentos, que dan cuenta de cincuenta años de procesos artísticos, búsquedas e inquietudes, fueron organizados por un equipo de trabajo encabezado por el propio director y con la participación de Luisa Fernanda Ordóñez como archivista principal. En manos de la Cinemateca, el acervo se convertirá en una inmensa cantera para indagar en la historia de uno de los artistas más importantes del país, y para preservar la memoria un hombre para quien la ausencia de memoria era la verdadera muerte, como le comentó en una entrevista a Pedro Adrián Zuluaga.

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Precisamente en esa conversación, Ospina dijo que los documentalistas siempre estaban filmando cosas en tránsito de desaparecer. Para Luis Esguerra, curador de la muestra, esa premisa llega a su punto más alto en Todo comenzó por el fin, la película que será proyectada en la función de clausura. En esas memorias del Grupo de Cali, narradas por Ospina desde la cama de una clínica, la muerte latente a lo largo de su obra alcanza un punto dramático. “Finalmente no murió, pero su inminente muerte atraviesa la película”, dice Esguerra.

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Tras la exhibición en la Cinemateca de Bogotá, “Creer en lo que no se ha revelado” se trasladará al Museo La Tertulia de Cali, donde las fechas todavía dependen de las medidas decretadas para contener la pandemia.

Por Alejandro Moreno

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