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La famosa pintura Grey, Orange on Maroon, No. 8 (1960) de Mark Rothko sufrió daños cuando un niño visitaba el Depot, un espacio de almacenamiento accesible al público, y dejó algunos arañazos en la obra.
El cuadro, que se encontraba en una de las zonas del Depot donde las colecciones están almacenadas pero a la vez expuestas, sufrió daños en la capa de pintura sin barniz en su parte inferior.
A pesar de ello, la institución ha asegurado que se están tomando medidas para restaurar la pintura: el museo está trabajando con expertos tanto nacionales como internacionales en conservación y restauración, con la esperanza de que la pieza pueda ser exhibida nuevamente en el futuro.
El museo, en su comunicado oficial, explicó que los daños eran superficiales y que los arañazos no afectan la integridad estructural de la obra.
Este incidente también ha levantado un debate importante sobre la seguridad de las colecciones en espacios de acceso público. El concepto de abrir las puertas de los museos para permitir una interacción más directa con el arte es cada vez más común, pero, a su vez, surgen interrogantes sobre cómo permitir esta accesibilidad y velar por la protección de las obras.
Jonny Helm, de la empresa de restauración Plowden & Smith, afirmó que este tipo de eventos podría tener repercusiones en otros museos que buscan seguir el mismo modelo, como el Victoria and Albert Museum de Londres. Este museo, que abrirá próximamente el V&A East Storehouse, también planea permitir el acceso del público a sus archivos, lo que podría traer consigo situaciones similares.
El Museo Boijmans Van Beuningen no ha hecho público el valor de la pintura ni los costos asociados con la restauración, y ha decidido no compartir imágenes del daño sufrido por la obra. La institución ha subrayado que su principal objetivo es restaurar la pieza y devolverla a su exhibición pública lo antes posible