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Tazas, candelabros y otros elementos fueron algunas de las propiedades de familias judías que terminaron en manos de los Nazis durante el Tercer Reich. Junto con obras de arte y otras piezas, los judíos fueron obligados a entregar sus pertenencias en medio de los arrestos que se realizaron.
Uno de los casos que reportó el New York Times es el de William Bergman, un metalúrgico, que fue arrestado en 1938, fue enviado a al campo de concentración Dachau, y de su casa desapareció una copa de kidush del siglo XIX que se usa típicamente para santificar el sábado y las festividades judías. Bergman murió en 1986, luego de haber migrado a Canadá, y no volvió a saber nada de su copa, hasta que en febrero su hijo, Steven, recibió un paquete enviado desde Munich con la copa empacada.
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El robo y devolución de estos elementos del diario no han sido explorados, a diferencia de las obras de arte de Kilmt y otros artistas que pertenecieron a familias judías y que fueron arrebatados de sus manos. De acuerdo con el reportaje de Milton Sterow estas piezas de platería fueron confiscadas y empeñadas por órdenes del Reich. El saqueo y posterior venta de artículos de oro y plata fue ordenada por el gobierno como una forma de recaudar fondos, en 1939 los Nazis exigieron a los judíos entregar piezas de oro y plata a 66 casas de empeño.
Casi 80 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, varios museos alemanes con colecciones de platería que perteneció a familias judías asumieron la tarea de regresar las piezas a sus dueños originales. “Empecé a buscar herederos de plata saqueada después de una exposición titulada ‘Plata para el Reich: Objetos de plata de propiedad judía en el Museo Nacional de Baviera’, que consistía en muchos de los 112 artículos robados almacenados en el museo”, le dijo Matthias Weniger, curador y director de procedencia del Museo Nacional de Baviera, al New York Times.
Weniger contó que comenzaron a realizar esta tarea en silencio desde el 2019 y que han regresado piezas a docenas de familias judías en Estados Unidos, España, Francia, Inglaterra e Israel. Además del museo de Baviera, la búsqueda de los dueños de los elementos en colecciones de diferentes museos también se adelanta en Stuttgart, Berlín y Hamburgo. “La mayor parte de la plata robada pasó de las casas de empeño a empresas especializadas en fundir plata”, dijo Weniger. “Solo en Munich, se registraron unas 10 toneladas de joyas y metales preciosos. Miles de piezas fueron adquiridas por los museos. A las familias se les enviaba una suma designada, principalmente a través de transferencias bancarias y, a menudo, un año después”.
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Una de las dificultades a las que se enfrentan los expertos en procedencia y restitución es la falta de documentación y vagas descripciones que ofrecen los archivos de las casas de empeño. Malena Aldrete, investigadora de procedencia en el Museo Estatal de Württemberg, trabaja con Katharina Hardt del Archivo Estatal de Stuttgart para dar con los dueños de cinco objetos, cuyo número esperan que se expanda en el futuro.
Para Weigner “la clave del éxito en la búsqueda de heredero son múltiples bases de datos y archivos. Algunos casos tardan varios años. Otros toman meses, a menudo muchos meses. Tomó muchos meses encontrar a Steven Bergman. Nuestra historiadora, Irene Krauss, comenzó con fuentes en los archivos de la ciudad de Munich y descubrió que William Bergman emigró de Munich a Inglaterra. Luego examinó los archivos centrales de Hesse y Baden-Wurttemberg, las libretas de direcciones de Frankfurt, donde vivieron los miembros de la familia durante un tiempo, y ancestry.com, donde encontró fichas que decían que navegó a Canadá. Con findagrave.com, encontró una foto de una losa de William Bergman con la inscripción de que tenía hijos”, continuó. “Ella buscó obituarios y los encontró a través de journals.com. Google y Facebook la llevaron a la esposa de Steven Bergman y a él”.
El curador contó al New York Times que los números en cuanto a la restitución son pequeños. Sin embargo, comentó que los contactos que resultaron de este trabajo ayudaron a que miembros de diferentes familias pudieran reunirse.
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