
Imagen de Jack Nicholson como El Jóker en una de las escenas de Batman, de Tim Burton, 1989. / Cortesía
La tarde de comienzos de los 80 en la que Bob Kane vio el cartel de El Resplandor pegado a una pared, vio a su Guasón allí, no a Jack Nicholson, y menos, a Jack Torrance, el personaje que había salido de un libro de Stephen King para aterrorizar a cientos de miles de espectadores meses antes. Lo vio, lo imaginó, llegó a su casa, esbozó un dibujo y al día siguiente consiguió el cartel para pintarle el pelo de verde, los labios muy rojos, y la piel muy blanca. Nicholson era el guasón. El Joker. Tenía que serlo alguna vez. Por eso, tiempo...
Por Fernando Araújo Vélez
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